Las personas sin hogar no solo carecen de vivienda digna en la que cobijarse, en la que poder desarrollarse como tal y desde la que poder sentirse parte de la comunidad, sino también constituyen un importante grupo de personas que viven desvinculadas socialmente. Hablamos de personas desprotegidas e ignoradas ante los diferentes niveles de participación social, personas invisibles que pudiendo participar de un proceso de transformación social, se las excluye por el sencillo hecho de “no tener”.
La calle invisibiliza a determinadas personas, convirtiéndolas en parte del mobiliario urbano, ignorando sus capacidades, deseos e inquietudes. Las desigualdades económicas, la inaccesibilidad a los recursos (vivienda, prestaciones, salud…), la precariedad laboral, la infravivienda, el rechazo social, la pobreza heredada, … son un cúmulo de barreras con las que estas personas han normalizado su desarrollo personal y social.
El programa que destina su atención a las Personas Sin Hogar en Cáritas Diocesana de Oviedo, pretende ensalzar su existencia, a través del potencial de las personas afectadas, su clara intención de sentirse parte de la comunidad a la que pertenecen y ejercer el derecho de vivir dignamente desde la corresponsabilidad que eso conlleva. Para ello ofrece a través de diferentes dispositivos, el desarrollo de actividades generadoras de espacios de encuentro comunitario, promoción personal y participación social.