La acción del programa de menores y familia se construye desde el Modelo de Acción social, la doctrina social de la iglesia y el Informe de la transmisión intergeneracional de la pobreza (FOESSA, 2016), iluminado y centrado por las necesidades y expectativas de los niños, las niñas, los/las adolescentes y sus familias.
Desde el programa se desarrollan facilitan, orientan, y coordinan acciones integrales, participativas y comunitarias desde los Derechos de los niños, niñas, adolescentes y las familias. Siendo estos, protagonistas de su propia evolución y desarrollo, partiendo de sus vivencias, experiencias y sueños, del pasado, presente y futuro.
El gran objetivo del programa es poner freno a la Transmisión intergeneracional de la pobreza (TIP): Una persona que ha vivido en su primera etapa vital dentro de un hogar con pobreza, tiene mayor riesgo de sufrir problemas económicos y situaciones de pobreza en su vida adulta, actualmente 8 de cada 10 de los adultos que hoy viven una situación de pobreza, ya la vivieron en su infancia.
El programa se organiza:
Centro de día Integral y Comunitario
Proyectos socioeducativos
Proyectos de ocio y tiempo libre
Proyectos de acompañamiento familiar
Proyectos de transición a la vida adulta
Las personas sin hogar no solo carecen de vivienda digna en la que cobijarse, en la que poder desarrollarse como tal y desde la que poder sentirse parte de la comunidad, sino también constituyen un importante grupo de personas que viven desvinculadas socialmente. Hablamos de personas desprotegidas e ignoradas ante los diferentes niveles de participación social, personas invisibles que pudiendo participar de un proceso de transformación social, se las excluye por el sencillo hecho de “no tener”.
La calle invisibiliza a determinadas personas, convirtiéndolas en parte del mobiliario urbano, ignorando sus capacidades, deseos e inquietudes. Las desigualdades económicas, la inaccesibilidad a los recursos (vivienda, prestaciones, salud…), la precariedad laboral, la infravivienda, el rechazo social, la pobreza heredada, … son un cúmulo de barreras con las que estas personas han normalizado su desarrollo personal y social.
El programa que destina su atención a las Personas Sin Hogar en Cáritas Diocesana de Oviedo, pretende ensalzar su existencia, a través del potencial de las personas afectadas, su clara intención de sentirse parte de la comunidad a la que pertenecen y ejercer el derecho de vivir dignamente desde la corresponsabilidad que eso conlleva. Para ello ofrece a través de diferentes dispositivos, el desarrollo de actividades generadoras de espacios de encuentro comunitario, promoción personal y participación social.
La intervención con las personas mayores y dependientes se centra en el ACOMPAÑAMIENTO afectivo y la escucha en domicilios y residencias con personas voluntarias.
Además, se organizan actividades de ocio intrageneracional para prevenir el aislamiento, y, por consiguiente, el sentimiento de soledad. Damos mucha importancia a la SENSIBILIZACIÓN para que las comunidades y el conjunto de la sociedad conozca las situaciones de las personas mayores, con el propósito de concienciar y potenciar una red comunitaria de cuidados.
Cuidamos la FORMACIÓN, con la finalidad de conseguir equipos de voluntarios que sean capaces de diseñar y desarrollar acciones de acompañamiento y sensibilización, poniendo énfasis en la cercanía, la empatía y el amor fraterno.