Noticia20/06/2025

Cáritas Diocesana de Zamora atendió el pasado año a 10.127 personas

El acto de presentación estuvo presidido por el Obispo de Zamora, Mons. Fernando Valera, junto al delegado de Cáritas y Pastoral Samaritana, César Salvador, el director de Cáritas Diocesana de Zamora, Ignacio Enríquez y la secretaria general, Beatriz Carracedo.

Cáritas Diocesana de Zamora presentó, ayer en rueda de prensa, la campaña de Caridad 2025 y la Memoria de Actividades 2024. Un acto que estuvo presidido por el Obispo de Zamora, Mons. Fernando Valera, junto al delegado de Cáritas y Pastoral Samaritana, César Salvador, el director de Cáritas Diocesana de Zamora, Ignacio Enríquez y la secretaria general, Beatriz Carracedo. 

El Obispo de Zamora abría la rueda de prensa atendiendo al lema de la campaña de este año Mientras haya personas, hay esperanza. «Cáritas es signo de esperanza en nuestra Diócesis. A esta dirección que lleva casi un año de recorrido y a todo el trabajo que han ido llevando conmigo y con todo el equipo de Cáritas. Este año ha sido un año de ir recogiendo frutos, un camino sinodal, de corresponsabilidad, de compartir decisiones, de mirar el futuro de analizar la realidad y de ponernos a servir, servir a los más pobres de nuestra sociedad». «Estamos en días de celebración, en días hermosos, para poner en el centro de nuestra existencia la Caridad, el amor, Jesús eucaristía que nos llama a entregarnos como él mismo se ha entregado y hacerlo a los pobres». 

Por su parte, César Salvador, delegado de la entidad intervino para explicar la campaña de Caridad y para animar a la sociedad a poner la Caridad en el centro de sus vidas. «Tener esperanza es creer que lo mejor está por venir, que podemos construir entre todos un mundo mejor, una sociedad más justa e igualitaria». «Cáritas quiere acompañar, ponerse en camino junto al otro y todo este movimiento hacerlo desde la esperanza. Que tantas personas y familias puedan salir de la situación difícil en la que se encuentran, todos somos, de alguna manera, semillas de solidaridad y fraternidad, porque del corazón de cada hombre y mujer nacen los sentimientos más nobles y profundos que pueda haber». 

MEMORIA DE CÁRITAS DIOCESANA

Los datos de esta memoria son solo el reflejo de la solidaridad, participación y compromiso con la transformación social de voluntarios, técnicos, colaboradores, socios, donantes y todas aquellas personas que formamos parte de las Cáritas Diocesana de Zamora. «Esta memoria es el rostro de la Esperanza en la Diócesis de Zamora, estando y acompañado a 10.117 personas que pasan por una situación difícil» afirmaba Ignacio Enríquez, director de la entidad. 

En Cáritas Diocesana de Zamora abre caminos a la Esperanza de tener una vida mejor y más digna y lo hacemos apostando por las personas, por su integración plena, trabajado diferentes ámbitos como el empleo, potenciando la creación de una red social, con comunidades acogedoras y participativas, cuidado de personas con problemas de adicciones, acompañamiento de la vida desde la infancia y juventud hasta las etapas más avanzadas, apoyo económico para poder cubrir necesidades básicas y otros suministros como el agua, la calefacción, la luz, el alquiler…

Ante esta realidad, este año, Cáritas, comentaba Enríquez, quiere poner el foco en el empleo como un elemento vertebrador de la vida de las personas. «Los datos aportan una tendencia positiva en este ámbito, pero el empleo que se crea es dual, de un lado tenemos empleos integradores, que requieren una gran cualificación y, por otro, empleos inestables y precarios que no solo no integran, sino que ni siquiera son suficientes para mantenerse con unas condiciones de vida mínimamente dignas. Como muestra de ello son las 900 personas que han sido atendidas, en la Diócesis de Zamora, desde el Área de Empleo y Economía Social de Cáritas».

En paralelo, la vivienda se ha convertido en el principal problema de muchas personas. «La oferta de alquiler de larga duración cada vez es más compleja de encontrar y los requisitos cada vez más difíciles de cumplir». Los precios son altos y el porcentaje de gasto destinado a la vivienda supone la inversión de la gran parte de los ingresos de los hogares. «Desde Cáritas Diocesana de Zamora se hace aún más palpable esta situación entre las personas sin hogar de Casa Betania, 514 atendidas en 2024, que tienen muy difícil, por no decir prácticamente imposible, encontrar una habitación o piso en alquiler».

Por otro lado, el encadenamiento de las crisis económicas y sociales que se vienen sucediendo en los últimos años han ido produciendo una acumulación creciente de personas y hogares en situación de pobreza y exclusión social que no son capaces de recuperar su situación anterior. Las 4.269 atenciones desde el programa de acogida, en el pasado año 2024, presagian que muchas de estas personas se van quedando atrás.

En este año Jubilar, Cáritas Diocesana de Zamora también está en el camino a la esperanza de tantas personas inmigrantes testigos de la vulneración de derechos reiterada y constante en sus países de origen. Ellos luchan por encontrar una salida a su dolor y una vida mejor y más digna. «Cáritas acompañó, el pasado año, a 234 personas que representan el rostro del dolor de las guerras, la violencia o los desastres naturales. Corroboramos así un aumento de la llegada de personas solicitantes de protección internacional, personas que necesitan un acompañamiento y atención hasta que se da respuesta a esa solicitud».

En este repaso a lo que ha dado de sí el año 2024 para Cáritas Diocesana de Zamora no puede faltar una figura fundamental, el voluntariado. Personas comprometidas, que promueven la justicia social, motivados por la fe y por el AMOR al otro, que hablan y actúan desde el corazón. «Cáritas Diocesana de Zamora está intentado propiciar un cambio generacional tan importante como necesario, a consecuencia de la elevada edad media de nuestro voluntariado. Por ello, en los últimos meses se han incrementado las acciones voluntarias con personas jóvenes como protagonistas. Desde aquí animamos a los jóvenes a llamar a la puerta de Cáritas y ser portadores de Esperanza para los demás».

Por otra parte, cabe destacar que Cáritas sigue necesitando de la solidaridad y el compromiso de la sociedad. Solo a través de nuestros socios, donantes y colaboradores, que son el sustento de nuestra Cáritas, podemos llegar hasta el último rincón de la Diócesis, portando una luz sanadora ante tanto dolor. Gracias por vuestro apoyo y empuje. 

Por último, en lo relativo a los recursos económicos, Beatriz Carracedo apuntaba a que «un 70% de la financiación de la entidad es privada y un 30% es pública, siendo la Junta de Castilla y León la que destina mayor cuantía a la entidad con un total de 3.226.871 €. Las fuentes de financiación públicas las completan el Estado y el Fondo Social Europeo y las Entidades locales. Las privadas corresponden a aportaciones de la Conferencia Episcopal, Donantes, Suscriptores y Usuarios, Entidades Privadas y Ventas de Comercio Justo y Librería Diocesana con un total de 8.719.435€.».

La secretaria general también hizo un repaso por el gasto de cada centro y programa, destacando algunos datos como los 1.402.408 invertidos en los programas de adicciones o los 7.696.770 € del programa de mayores, recordando que son centros que abren las 24 horas al día, los 365 días del año.