Acción social29/09/2021

Envejecer con calidad y autonomía, un derecho poco garantizado

Reflexión con motivo del Día Internacional de las Personas Mayores de 2021.

Que las personas mayores son personas adultas, con pleno derecho y autonomía para poder tomar decisiones es algo que nadie negaría. Sin embargo, en pleno año 2021, en Cáritas sabemos, porque lo vemos cada día, que tenemos que seguir luchando por la eliminación de ciertos estereotipos de la vejez y no asociar la ancianidad con enfermedad, ya que no siempre el envejecimiento es igual a dependencia o patologías. Envejecer es un proceso vital, humano, natural y deseable del ser humano.

Desde que nacemos vamos acumulando experiencias que van formando nuestra mochila de vida. Cada persona crea la suya propia, diferente a la de nuestros hermanos, hermanas, amistades, compañeras de trabajo o vecinos.  Cada experiencia de vida se forma en entornos sociales distintos y son bien distintas a las que se forman en persones de otras culturas y lugares del mundo. Esta mochila la vamos cargando a partir de las experiencias de la infancia, de la juventud, la vida adulta, las amistades, el trabajo y el tiempo libre. Incluso  personas con similar recorrido, tienen su propio mapa genético, su carácter y una manera diferente de enfocar la vida.

El 1 de octubre recordamos que envejecer no es una enfermedad

Envejecer es el camino que continuamos haciendo con nuestras características y experiencias, con nuestra manera de estar en el mundo con más o menos salud y con más o menos visitas al médico. Es nuestro proceso vital.

También hoy desde Cáritas queremos animar a toda la sociedad a mirar a cada persona mayor en su singularidad, con todas sus capacidades y potencialidades y también sus vulnerabilidades. Desde Cáritas queremos reivindicar la imagen de las personas mayores en la sociedad actual, ya que con la pandemia de la COVID 19 se ha visto agravada aún más la discriminación por razón de edad.

La COVID-19 nos ha dado una imagen de las personas mayores de vulnerabilidad. En concreto, al inicio de la pandemia, se creó una corriente de paternalismo y proteccionismo hacia los mayores que en muchas ocasiones cruzaba la línea de la vulneración de muchos de sus derechos como personas que forman parte de la sociedad.

Desde las mismas instituciones públicas y servicios de atención a mayores se entró en esa dinámica de proteger la salud a cualquier precio dejando en un segundo plano el bienestar psico-afectivo de la persona. Para ello se implantaron diferentes protocolos sanitarios que suponían el aislamiento de estas personas sin tener en cuenta que el ser humano es sociable por naturaleza y que necesita salir y socializarse para mantener una buena salud física, mental y emocional.

Afortunadamente, a lo largo de esta pandemia, se ha ido evolucionando y buscando un equilibrio entre salud y bienestar social de la persona, que es en definitiva lo que determina la calidad de vida del ser humano. Pero queda camino por recorrer. Las personas mayores institucionalizadas tienen los mismos derechos que el resto de la sociedad y desde las administraciones se debe velar por garantizarlos.

En general, la sociedad “mete dentro del mismo saco” a todas las personas mayores a partir de la jubilación, cuando ya no aportan fuerza de trabajo a la sociedad, pero no es lo mismo una persona jubilada a los 60 años que personas de 80-90 o 100 años y con grados de dependencia diferentes, y sin tener en cuenta que hay personas que están jubiladas tantos años como han estado trabajando.

En Cáritas apostamos por un modelo de atención centrada en la persona, donde la persona ejerce su derecho a ser parte activa de las decisiones que afectan a su vida. Apostamos por una sociedad donde los cuidados de larga duración sean de calidad, donde se mejoren los servicios domiciliarios para que la persona pueda permanecer en su casa el mayor tiempo posible. También estamos en el camino de reforzar nuestros programas, proyectos y servicios con la ayuda del voluntariado y la comunidad. Y definitivamente creemos que es necesario trabajar a nivel social para que se haga efectivo un cambio del modelo de atención residencial mediante centros que sean verdaderos hogares para las personas mayores, huyendo del modelo hospitalario.

Hoy, 1 de octubre, día internacional de las personas mayores, confirmamos nuestro compromiso para que todas las personas puedan envejecer con calidad y autonomía.