• Quién lo realiza: Cáritas Rabat.
• Participantes: 10.006 personas.
• Presupuesto total: 548.500 €.
• En qué consiste: Los 6 centros apoyados por el programa ofrecen una acogida incondicional a los migrantes en situación de vulnerabilidad, de manera que cualquier persona migrante puede ser acogida para ser escuchada, informada y orientada.

Marruecos es hoy una encrucijada esencial para los movimientos migratorios desde África subsahariana hacia Europa. En la confluencia de dos continentes, este país se ha posicionado como el «líder africano en migración». Con la adopción del Pacto de Marrakech (2018), la migración ocupa ahora un lugar central en las relaciones estratégicas entre la UE y Marruecos, y sienta las bases para una mayor cooperación multilateral para una migración segura, ordenada y regular.

A pesar de las leyes humanitarias destinadas a proteger a los más vulnerables, el nuevo paradigma político abre el camino y aumenta la migración de la vulnerabilidad (movilidad de personas con perfiles más vulnerables, como mujeres y jóvenes, por considerar que están más protegidos por las leyes humanitarias).

La UE ha endurecido su tono desde 2018 y los candidatos a la migración, independientemente de su perfil y situación, se enfrentan ahora a una gestión de la migración en materia de seguridad, basada en un marco legal y judicial más estricto. De hecho, los riesgos y peligros que se corren en la ruta migratoria son cada vez mayores, se realizan controles drásticos en las grandes ciudades marroquíes, se producen desplazamientos forzados internos hacia el sur y el interior del país, y los retornos son el resultado de la aplicación de la cooperación bilateral entre Marruecos y los países de origen. Para determinados perfiles, muy expuestos a riesgos y peligros por su fragilidad, existe un riesgo creciente de que no puedan ser acogidos y/o integrados, ni en Europa ni en Marruecos. El reto de la migración cristaliza así en Marruecos cuestiones complejas que están en el centro de los desafíos compartidas a nivel internacional y que implican una responsabilidad compartida entre los países de salida, tránsito y destino.

A principios de 2021, y tras un año fuertemente marcado por el COVID-19, el resultado de la crisis sigue siendo incierto, mientras que sus impactos en las capas sociales más vulnerables son considerables y probablemente duraderos (desde el inicio de la pandemia se ha revelado un aumento del número de migrantes empobrecidos por la crisis y una fuerte diversificación de los perfiles que recurren a los servicios de asistencia humanitaria).

Cáritas Rabat está presente en el ámbito de la migración desde hace casi 20 años y desarrolla continuamente sus actividades a través de proyectos de asistencia y apoyo a las personas en situación de movilidad para que puedan ejercer sus derechos fundamentales en Marruecos. La experiencia, la implantación y el posicionamiento de Cáritas Rabat en el paisaje marroquí la
convierten en una estructura de referencia sobre el tema de la migración, una estructura que es capaz de ajustar su acción a las evoluciones del contexto en Marruecos.

Los seis centros apoyados por el programa ofrecen una acogida incondicional a los migrantes en situación de vulnerabilidad, de manera que cualquier persona migrante puede ser acogida para ser escuchada, informada y orientada.

No obstante, el registro de entrada tendrá como objetivo identificar los perfiles más vulnerables para: establecer una priorización o acompañamiento específico; dar la información/orientación necesaria sobre los servicios disponibles; sensibilizar sobre temas específicos.

El acceso a los servicios de asistencia o la atención médica y social estará determinado por los criterios de vulnerabilidad identificados en las entrevistas individuales, con técnicas que permiten identificar el grado de vulnerabilidad; priorizar situaciones, adaptar el apoyo y contribuir a la protección de las personas más vulnerables en función de sus perfiles y/o problemas.

Los perfiles que se priorizarán serán:

• Menores (acompañados o no).
• Mujeres (embarazadas o que han dado a luz recientemente).
• Familias en situación de precariedad.
• Personas sin hogar y/o con viviendas precarias.
• Personas aisladas (de comunidades minoritarias).
• Personas en riesgo de abuso y/o tráfico de personas.
• Personas con problemas de salud.

La asistencia directa y los servicios de apoyo cubren las necesidades socioeconómicas, médicas (salud, higiene) y alimentarias básicas, a través de la distribución de vales de comida, kits de higiene, ropa/mantas; subvención de recetas/análisis y los exámenes médicos; concesión de dinero en efectivo para determinados trámites administrativos, para proporcionar refugio (en situación de calle) o para pagar los alquileres (para evitar el desalojo de la vivienda).

El apoyo administrativo, médico (incluido el psicológico) y social se basa en gran medida en las colaboraciones locales para garantizar la coordinación de los cuidados y el seguimiento transversal de la persona afectada con instituciones públicas, organizaciones marroquíes o internacionales. El personal local acompaña y hace de mediador de los migrantes en su relación con los servicios públicos y la sociedad marroquí (gestión/regulación de conflictos, aceptación mutua). Si los servicios disponibles en el territorio o las capacidades locales son insuficientes, o en aquella situaciones más complejas o urgente, se derivará el caso a uno de los centros diocesanos, que ponen en marcha un acompañamiento individualizado adaptado; y si es necesario, realizará un seguimiento temporal en medio abierto (seguimiento social) o en medio protegido (alojamiento interno o externo).

Al final de este proyecto:

• Al menos 8.000 personas migrantes en situación de vulnerabilidad podrán acceder de forma eficiente a la asistencia humanitaria local y a los servicios de apoyo en más de 5 ciudades de Marruecos.
• 3.500 personas recibirán atención en salud física y/o salud mental).
• 1.600 personas recibirán apoyo social para reducir el riesgo de precariedad (ayuda a la vivienda,
  trámites administrativos, retorno voluntario, solicitud de asilo, etc.).
• Al menos 4.000 personas son acompañadas y/u orientadas para facilitar su acceso a los servicios públicos (hospitales, centros de salud, estado civil, tribunales) u otros organismos competentes (embajadas, ONU, OSC).
• 1.165 personas se inscribirán en programas de educación o integración.