Corpus Christi 2025

Corpus Christi 2025

EUCARISTÍA, FUENTE DE ESPERANZA

En la Eucaristía Jesucristo se nos ofrece como fuente inagotable, para sacar de ella fuerza, serenidad, confianza en cada momento de la existencia (San Juan Pablo II)

Queridos amigos y compañeros:

Un año más el ciclo de nuestra liturgia nos invita a celebrar solemnemente la fiesta del Corpus Christi, que es también el Día de la Caridad, y a reconocer así con gratitud la Presencia real de Cristo en nuestras vidas. 

Eucaristía, fuente esperanza.

 Las palabras de Jesús: “Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros; haced esto en memoria mía” (Lc,19) son una invitación a hacernos don, alimento, esperanza para los pobres.

Al celebrar la Eucaristía y adorar a Cristo presente en ella se aviva en nosotros la conciencia de que donde hay amor brilla, también, la esperanza ya que, lo que decimos en la celebración de la Eucaristía al comulgar, lo hacemos en la jornada cuando nos entregamos, acompañamos, ayudamos, confortamos, servimos y trabajamos.

Celebrar la Eucaristía y adorar a Cristo nos ayuda especialmente a mantenernos fieles y constantes en la tribulación (cfr. Rm 12, 12), en definitiva, a mantener viva la esperanza para poder decir que “si nos fatigamos y luchamos es porque tenemos puesta la esperanza en Dios vivo, que es el Salvador de todos los hombres” (1 Tim. 4,10).

Este domingo, después de celebrar la Eucaristía podremos adorar a Cristo por las calles de nuestros barrios y parroquia en la procesión del Corpus Christi y así, de esta manera solemne confesar a Jesucristo, presente en la Eucaristía, como la única y sólida esperanza del mundo. 

Tu gesto moviliza la esperanza.

Frente a la sucesión de oleadas de pobreza siempre nuevas, existe el riesgo de acostumbrarnos y resignarnos. Pero no podemos apartar la mirada de situaciones tan dramáticas, que hoy se constatan en todas partes y no sólo en determinadas zonas del mundo. Encontramos cada día personas pobres o empobrecidas que a veces pueden ser nuestros vecinos o compañeros que a menudo, pueden sufrir pobreza, necesidad, exclusión y, lo que es más grave, la indiferencia de muchos.

Celebrar la Eucaristía y adorar a Cristo nos da fuerza para “sacar a la luz todo lo bueno que llevamos dentro: la generosidad, la comprensión, tu sonrisa, todos los dones que tienes”

Cada voluntario, un faro de esperanza

Desde estas sencillas líneas, quiero agradecer especialmente y de todo corazón, el trabajo y la dedicación de tantos voluntarios que desde los Servicios Centrales o desde las Cáritas Parroquiales, se gastan y desgastan para devolver, en la medida de sus posibilidades, la esperanza a los necesitados que acuden a vosotros.

Pedimos para todos los bienhechores, voluntarios y colaboradores de Cáritas Castrense, el deseo de San Juan de la Cruz: “Donde no hay amor, pon amor y sacarás amor. Al atardecer de la vida te examinarán del amor”.

Con sincero afecto.

Páter Benito

Delegado de Acción Social

Cáritas Castrense

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