Sudán: la luz de Cristo en medio de la guerra
Desde Cáritas Española, nos unimos al dolor y al testimonio de nuestros hermanos en Sudán. Reafirmamos nuestro compromiso con la justicia, la paz y la dignidad de todas las personas, allí donde más se necesitan. Mientras haya personas, hay esperanza.
Los obispos católicos de Sudán y Sudán del Sur han publicado un comunicado profundamente conmovedor tras el asesinato del sacerdote Luka Jumu y dos personas más en su parroquia de El Fasher, capital de Darfur del Norte, el pasado 16 de junio. Desde 2023, Sudán vive una devastadora guerra que ha sumido al país en una espiral de violencia, dolor y desplazamiento.
El comunicado episcopal, que compartimos íntegramente a continuación, es un grito de dolor, pero también un testimonio de fe inquebrantable. Los obispos denuncian la creciente persecución contra la Iglesia, honran la memoria del Padre Luka y llaman a la paz, la justicia y la solidaridad internacional.
Carta de los obispos de Sudán y Sudán del Sur
Hermanos y hermanas en Cristo,
Hoy, nuestros corazones están apesadumbrados por el dolor, pero llenos de la esperanza de la Resurrección, mientras lloramos a nuestro querido Padre Luka Jumu y a sus dos fieles compañeros, asesinados brutalmente mientras servían al pueblo de Dios en su parroquia de El Fasher, Diócesis de El Obeid.
El Padre Luka murió como vivió: cuidando de los pobres, ayudando a los desplazados y llevando la luz de Cristo a los rincones olvidados de Darfur.
Su muerte no es un caso aislado. Desde el estallido de la guerra en 2023, hemos asistido a una preocupante escalada de ataques contra el personal y las propiedades de la Iglesia. Seminarios saqueados, conventos abandonados, parroquias profanadas e incontables fieles dispersados como ovejas sin pastor.
Hoy elevamos nuestras voces al cielo y al mundo entero para denunciar el horrible asesinato de nuestro hermano sacerdote y sus dos compañeros. Nos unimos en solidaridad con el Obispo Yunan Tombe Trille, de El Obeid, con su clero, con las religiosas, con los fieles laicos, y con la familia del Padre Luka. Todos ellos siguen dando testimonio del Evangelio en medio de una brutal persecución.
Nuestra solemne condena y nuestros llamamientos
1. A las partes en conflicto:
La sangre del Padre Luka clama desde la tierra de Darfur, junto a la de tantos inocentes. En nombre de Dios, el Misericordioso, pedimos:
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El cese inmediato de toda operación militar en zonas civiles, especialmente en torno a lugares de culto, hospitales y centros humanitarios.
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Que respeten la dignidad de Sudán, históricamente fundada en la coexistencia religiosa.
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Que abracen el diálogo como único camino para resolver las diferencias.
2. A la Iglesia Universal:
Agradecemos al Santo Padre, el Papa León XIV, por su cercanía con la Iglesia sufriente de Sudán. Pedimos:
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Que se incluyan en las oraciones a los mártires y fieles perseguidos de nuestro país.
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Que se apoye al clero y a los laicos desplazados con ayuda material y espiritual.
3. A la comunidad internacional:
“No miren hacia otro lado”. Les suplicamos:
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Que rompan el silencio ante esta crisis y usen su influencia para detener la guerra.
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Que establezcan corredores humanitarios para proteger a los civiles y a los religiosos.
La misión continúa: la Iglesia permanece firme
La Iglesia en Sudán no huirá, no será silenciada y no abandonará su vocación divina. Incluso en la sombra de la muerte, la luz de Cristo brilla más intensamente. Seguiremos:
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Predicando el perdón, sin renunciar a la justicia.
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Siendo voz de los sin voz, aunque nos cueste la vida.
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Alimentando al hambriento, acogiendo al desplazado y sanando las heridas de guerra.
El martirio del Padre Luka se une al de tantos testigos de fe en África. Su sangre no clama venganza, sino conversión, reconciliación y paz.