Tigray: ¿Dónde está la paz?
La violencia sigue golpeando la región etíope de Tigray y a sus habitantes, un año después de la firma de los acuerdos de paz.
Hace unas semanas pude visitar, por primera vez, la región de Tigray, en Etiopía. Desde antes del conflicto, que empezó en 2020 y cesó a finales de 2022 con la firma del acuerdo de paz en Pretoria (Sudáfrica), no habíamos podido ir a visitar al equipo local de la Diócesis de Adigrat.
Sufrimiento y necesidades
Las noticias que recibíamos en Cáritas – y recibimos a día de hoy–, muestran la difícil situación que atraviesa la población de la región un año después de la firma del acuerdo de paz. Poder verlo en primera persona me ayudó a ser todavía más consciente del inmenso sufrimiento que ha vivido y sigue viviendo la población, y de la cantidad de traumas y extremas necesidades que han quedado después de los dos largos años de conflicto y del posterior año de una supuesta paz que la población no termina de encontrar.
Al conversar con el equipo, el dolor causado por tanto sufrimiento se veía en su mirada y se notaba en las palabras y en su forma de transmitirlas. La visita a la región me permitió darme cuenta del daño que ha causado la firma de un acuerdo de paz que no se cumple al cien por cien, ya que los países del norte global han dado por finalizada –y olvidada– una guerra que aún está causando muchos daños.
Cáritas con Tigray
Las personas que pude conocer, mostraban no sólo ese dolor y sufrimiento por todo lo vivido, perdido y sufrido, sino que también me enseñaron su deseo de seguir manteniéndose fuertes, seguir siendo equipo, comunidad y familia que se ayuda entre ella, y en esa familia nos incluyen a Cáritas Española.
Desde hace años hemos colaborado y realizado intervenciones en equipo y la relación ha sido siempre muy cercana. Por ello, durante estos duros momentos, cuentan con nuestro apoyo, nuestra oración y nuestro acompañamiento.
Quizás ni un texto ni unas imágenes puedan transmitir lo que me contaron en cada una de nuestras conversaciones, al igual que ninguna de esas conversaciones pudo hacerme comprender al completo el sufrimiento vivido. Sin embargo, cada texto, cada imagen y cada conversación nos acerca, crea comunidad y une a la familia.
Ojalá podamos seguir acompañando a todas las personas que siguen sufriendo los efectos de una guerra que, a ojos del mundo, finalizó con la firma de un acuerdo de paz a finales de 2022.
Foto: Diócesis de Tigray