Cooperación internacional01/08/2025

Río arriba

En el Día de los Pueblos Indígenas, nuestro compañero Martín Lago recuerda la riqueza cultural de estas poblaciones, a menudo, marginadas.

En la Amazonía Peruana existen más de 50 pueblos indígenas. Todos ellos con su lengua, sus costumbres y sistemas de organización social. Habitualmente viven en pequeños asentamientos en las periferias del mundo moderno. 

Recientemente hice un viaje a la cuenca amazónica de Perú, la zona de selva, donde viven estos pueblos. Un cura me explicaba que es más fácil y barato ir a Europa desde donde estábamos que llegar a algunas comunidades de las que atendían: había que coger un bote río abajo durante 2 días, y luego en la última comunidad contratar otro bote río arriba durante un día más. El primero hace un recorrido “de línea” y es barato, pero el segundo es un lugar por el que no va nadie y es mucho más caro. El recorrido superaba los 2.000 euros en coste, y tardaba más de 3 días en hacerse, mucho más que llegar a cualquier ciudad europea. 

Esta realidad es importante porque explica por sí sola cómo, a día de hoy, existen estos grupos humanos con prácticas culturales y lenguas únicas, con una tecnología del neolítico y sin integrarse en la sociedad moderna. 

No todos los indígenas viven con tecnología del neolítico, solo los “no contactados”. Existen aproximadamente 20 pueblos en esta situación, y su número va desde unas decenas a 750 en el caso de los Mashco Piro. El resto de los 5 millones de indígenas que hay en Perú (25% de la población) tienen contacto o están plenamente integrados en la sociedad peruana.

Menor acceso a servicios

Sin embargo, como en muchos otros lugares, existe una percepción del indígena como atrasado o inculto, y la población indígena no accede igual que el resto a los servicios de educación, salud, empleo, o protección social.  

Los indígenas son depositarios de una cultura ancestral que define su grupo cultural, una lengua, unas tradiciones, saberes de etnobotánica y zoología, técnicas de fabricación y construcción, etc. Su forma de vida ha sido la caza, pesca y recolección, en un territorio amplio sin asentamientos permanentes. Esta forma de vida está amenazada por la minería, la privatización de la tierra, y la contaminación de las fuentes de agua, entre otros. 

Defender sus derechos

Para Cáritas, el trabajo con los pueblos indígenas es un acto natural, al tratarse de población vulnerable, pero es sumamente complejo, porque su situación es absolutamente singular: semi-aislados en un área remota, con una pérdida progresiva de su medio de vida (la selva o los ríos), y desconectados total o parcialmente de la economía y de los servicios del estado. 

Así pude ver que el trabajo que se hace con ellos es básicamente desde la defensa de sus derechos como persona: derecho al agua limpia, a sus territorios ancestrales, y a no ser invadidos por mafias o empresas extractivistas (mineras y madereras). Se promueve la salud, la agroforestería, la educación y así se está formando toda una generación de jóvenes que serán los nuevos líderes del mañana.