Proyecto Nazaret: la clave es no dejar a nadie atrás
Trabajamos con personas en situación de irregularidad y continuamos acompañándoles en esta emergencia por coronavirus.
La pandemia evidencia el sin sentido de una legislación de extranjería que invisibiliza el aporte de las personas en situación administrativa de irregularidad. Ahora vemos que siempre han aportado a la economía – en la agricultura, en los cuidados, etc -, y lejos de ser una carga son imprescindibles.
A partir de ahora queda visibilizar su situación y actualizar como sociedad, un marco legislativo caduco y obsoleto. Esta situación excepcional, necesita de decisiones excepcionales, como la regularización.
Para Cáritas el trabajo con personas y familias en situación de irregularidad tiene una gran relevancia, un ejemplo, lo tenemos en Sevilla, con el Proyecto Nazaret. Donde el 80% de las personas que atienden en los recursos residenciales, y un 70%, de las que pasan por su centro de formación se encuentran en esta situación.
En la actual situación la diocesana se ha planteado no dejar a nadie atrás.
Así, han priorizado acompañar de forma cercana y cálida a las personas en los 5 pisos. Para ello han reestructurado las funciones del equipo, asignando un referente en cada uno, que ha reforzado acciones de autoorganización doméstica, y mantenido ritmos formativos prelaborales, educativos y de idioma. Esta labor ha continuado gracias al voluntariado y las medidas dispuestas para la formación online, instalando red wifi en los pisos.
Las salidas a las compras también han tenido que centralizarse, a partir de las propuestas de los participantes, para evitar fuentes de contagio, siendo los educadores y personal del centro quienes están atentos al reparto semanal de los alimentos y productos de higiene.
Muchas situaciones personales documentales han quedado paralizadas. Pero el apoyo jurídico y social está siendo fundamental para resolver situaciones documentales complicadas; y prevenir la irregularidad sobrevenida.
Nada de lo que hacen directamente con las personas migrantes y refugiadas tendría sentido sin el trabajo con la sociedad de acogida. La escasez de medios potencia la creatividad, y desde el Proyecto están inmersos en un intenso trabajo en red para desarrollar labores de apoyo solidario a quienes quedan atrás.
En este sentido colaboran y están atentos a las necesidades de las personas con las redes a las que pertenecen (Plataforma Somos Migrantes, Delegación Diocesana de Migraciones, asociaciones de barrios la Macarena, y Torreblanca).
Cabe destacar la respuesta diocesana que han brindado ante el reto de las personas en situación administrativa de irregularidad. Poniendo en marcha un protocolo de actuación específico para esta situación, en coordinación con la delegación de Migraciones y el departamento de Territorio en la diocesana. El objetivo es que ninguna persona quede atrás, independientemente de la situación documental que tenga.
Toda esta acción tiene como punto de referencia la sede física del proyecto, gestionada por las encargadas de dirección y administración. Esta suma de esfuerzos permite que el trabajo no se paralice, y que se haga real lo esencial: la centralidad de la persona con independencia de su situación administrativa.