Economía solidaria27/02/2019

Por una economía con valores

Manuel nos cuenta lo que ha supuesto para él conseguir trabajo en moda re– después de siete años en paro.

Me llamo Manolo, tengo 55 años, estoy casado y tengo dos hijas de 25 y 19 años. Estoy muy orgulloso de ellas porque ambas han podido terminar su educación formal, incluso la universidad. Yo no tuve la oportunidad de terminar la escuela primaria, porque a los 17 años tenía que ir a trabajar para ayudar a mi familia.

Mi experiencia profesional ha sido muy variada. Comencé a trabajar en un almacén de vegetales, donde estuve diez años; también trabajé en una central térmica durante unos meses y luego en lo que considero mi profesión: conductor o transportista de todo tipo de vehículos y cargas. He trabajado como conductor durante veinte años.

Una terrible experiencia

En 2009 tuve mi último trabajo y entonces comencé mi terrible experiencia: no tenía trabajo ni dinero, y no podía mantener a mis dos hijas menores de edad. Mi esposa tampoco trabajaba, así que solo tuve el subsidio de desempleo como ingreso por unos pocos meses. Luego tuve que reclamar el sistema de asistencia social a la ayuda familiar, que era de 426 euros al mes. Esos fueron los ingresos de mi familia durante tres años.

Fui a Cáritas y ellos me ayudaron a suministrar energía a mi casa durante un mes. Luego me dieron ayuda con la comida que he necesitado durante dos años. También tuve que pedir ayuda a familiares, amigos y vecinos, a quienes todavía les debo ese apoyo. La verdad es que no sé lo que les debo. Me gustaría poder devolver todo algún día. Ahora tengo la oportunidad y les devuelvo cincuenta, veinte o cinco euros. Lo hago por responsabilidad y porque es mi forma de agradecerles.

Desde mi punto de vista personal, desde la parte más profunda de mi ser humano, lo que me ha supuesto estar siete años sin trabajar –después de hacer todo lo posible por encontrar trabajo–, era querer estar siempre en mi casa, encerrado. Me daba vergüenza salir a la calle, ver a la gente y que ellos pudieran pensar o decir que no quería trabajar ni buscar trabajo. Incluso hoy tengo esa sensación que está dentro de mí. Me deprimía, me encerraba y giraba la cabeza cada mañana cuando me despertaba; estas cosas no las he compartido con nadie, ni siquiera con mi esposa o mis hijas. Me dolió especialmente no poder comprar libros para mis hijas, una mejor comida o un bonito vestido. Eso es lo que me hizo sentir mal y me dolió terriblemente…, y hasta el día de hoy todavía me conmueve.

Y llegó la luz

Y de repente un día llegó la luz con la oportunidad que Cáritas me ha brindado. Me llamaron del Programa de Empleo para que me reuniese con el director de la empresa moda re– en Cáritas León, porque había un trabajo que se adaptaba a mi perfil. La primera entrevista después de dos años. Fue extraño porque no me puse nervioso. Me sentí orgulloso, incluso satisfecho. Al menos tenía la oportunidad de una entrevista, y cuando me dijeron que me habían elegido, fue un momento de mucha emoción, alegría y esperanza.

Llevo varios meses en la empresa, algunos problemas se han resuelto y otros tengo la ilusión de poder solucionarlos en un futuro próximo. Este trabajo, sobre todo, me da dignidad, como persona, como padre y como esposo, y satisface mi deseo de trabajar, porque siempre me he sentido como un trabajador. Lo que más me gusta de este trabajo es TODO. Estoy muy impresionado por el hecho de que la empresa valora que trabaje para ser una mejor persona y ser respetuoso con otras culturas, con mis colegas y con las personas que donan nuestra ropa. Estoy trabajando en mis valores personales y esa es una ventaja que no había tenido antes, incluso si es un esfuerzo extra.

¿Qué espero del futuro?

Tengo la ilusión de continuar trabajando, poder seguir siendo parte de esta empresa, pero entiendo su filosofía y que mi trabajo debe ser una vacante para que otra persona que se encuentra en la situación que yo tenía antes también tenga su oportunidad.

Ahora estoy trabajando con mi jefe para mejorar mis habilidades para ser un mejor trabajador y encontrar oportunidades de empleo de acuerdo con mi experiencia en otras empresas en las que puedo seguir trabajando. Espero ser un ejemplo para todas aquellas personas que están en una mala situación y mostrarles que hay esperanza para ellos.