“Para hacer del mundo un lugar más justo, vivible y digno”
Sevilla acoge la 4.ª Conferencia Internacional de Financiación al Desarrollo, con avances limitados y ausencias clave. Cáritas analiza los resultados y llama a transformar la deuda en esperanza.
Los países miembros de Naciones Unidas se han reunido en Sevilla en la 4.ª Conferencia Internacional de Financiación al Desarrollo, con evidentes ausencias como la de Estados Unidos, que tampoco ha firmado el acuerdo ni las recomendaciones a futuro reflejadas en el documento final, el Compromiso de Sevilla.
Las Naciones Unidas, desde su Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, hacen un seguimiento permanente de la financiación al desarrollo a nivel global con diferentes herramientas. Una de ellas, y la más relevante por convocar directamente a los gobiernos de los países miembros, es la celebración de las cumbres mundiales (cuatro hasta ahora: Monterrey, 2002; Doha, 2008; Adís Abeba, 2015; y Sevilla, 2025).
En las conferencias se trata de llegar a acuerdos sobre las fórmulas de organización respecto a la financiación para el acceso al derecho humano al desarrollo por parte de todos los pueblos, a la vez que se utiliza el soporte de la arquitectura financiera diseñada por los países más ricos y por los sistemas bancarios y económicos que les sirven de apoyo (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional y OCDE). Ese diseño ha provocado que, década tras década, la deuda soberana de decenas de países (especialmente en África) se agrave sustancialmente, generando una crisis de deuda mundial que se une a la crisis climática y al aumento de la pobreza y las desigualdades en el sur global. Las políticas públicas se aparcan o eliminan, priorizando el pago de los intereses de la deuda para así poder seguir recibiendo créditos y ayudas por parte de los Estados, en un ciclo interminable donde la dignidad y el nivel de vida adecuado de las personas quedan invisibilizados y ocultos tras cifras económicas cada vez más abultadas e imposibles de afrontar.
La comunidad internacional tenía la oportunidad de dar cabida en este escenario a los países deudores para que pudieran participar en la búsqueda de una financiación que realmente llegue a las personas y su futuro; pero el Compromiso de Sevilla no lo refleja finalmente. Si bien se abren escenarios a futuro que pueden darle cierto recorrido, especialmente desde nuestra labor de incidencia política respecto a los ámbitos de cooperación internacional y de deuda.
Los Estados miembros han acordado la creación de un grupo de trabajo, bajo la tutela conjunta del secretario general de la ONU, el FMI y el Banco Mundial, para promover principios voluntarios sobre préstamos y endeudamiento soberano. Por lo tanto, daremos seguimiento tanto a sus reflexiones y propuestas como, sobre todo, a las recomendaciones que hagan a los países. La búsqueda de mecanismos de condonación, cancelación y revisión es muy urgente. Como dice nuestra Campaña Internacional del Jubileo, tenemos que ser capaces de transformar la deuda en esperanza.
Y respecto a la cooperación internacional, el futuro es más desalentador, al no haberse conseguido el impulso a la tramitación del tratado internacional de cooperación al desarrollo, que pudiera obligar a los Estados a proveer las garantías económicas, sociales y jurídicas para la implementación del derecho humano al desarrollo, recogido en el artículo 1 de los dos tratados más relevantes de derechos humanos: el de derechos civiles y políticos, y el de derechos económicos, sociales y culturales. Lo cual vuelve a situar a los países del norte global como decisores, y a los países del sur global casi como espectadores y sin plazos definidos y concretos de actuación. Como elemento positivo, el Compromiso de Sevilla sí refleja la reafirmación de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) como fuente esencial de financiación.
Cáritas Española, junto con Cáritas Europa, Cáritas Internationalis y las redes donde participa (Enlázate por la Justicia, Coordinadora de ONG para el Desarrollo, Futuro en Común…), ha participado en el Mecanismo de Naciones Unidas para la Sociedad Civil, tanto en la preparación de la conferencia como en su celebración.
Toca ahora comenzar el seguimiento de los compromisos políticos y acuerdos multilaterales tomados por nuestro Gobierno, y también por los gobiernos de los países donde caminamos con las Cáritas nacionales, para hacer del mundo un lugar más justo, vivible y digno.
Fotografía: Luisa Fondello. Cáritas Europa