La esperanza sigue teniendo la última palabra
Intervención de Manuel Bretón, presidente de Cáritas Española, en la presentación de la Memoria 2024.
Queridos amigos y amigas,
Hoy tengo el privilegio de compartir con todos vosotros la presentación de la Memoria Confederal de Cáritas 2024, un recorrido por todo lo vivido y realizado el pasado año por las 70 Cáritas Diocesanas que forman parte de nuestra red. Esta memoria no es solo un balance; es un testimonio vivo de que la esperanza sigue teniendo la última palabra.
Este año, además, nos encontramos en un momento especialmente significativo: estamos celebrando el Año Jubilar, un tiempo de gracia que el Papa Francisco nos ha propuesto como oportunidad para renovar nuestra fe y nuestro compromiso con el mundo. Un año para ser testigos del amor de Dios y portadores de esperanza.
Cuando el dolor no puede silenciar la esperanza
Hablar de esperanza puede parecer ingenuo en un mundo marcado por la pobreza, la guerra o la exclusión. Pero el Papa Francisco nos recuerda que el gran riesgo es dejarnos vencer por la resignación o el miedo, por pensar que el mal tiene la última palabra.
Sin embargo, la esperanza es verdadera. Basta con asomarse a las páginas de esta Memoria para comprobarlo. En cada testimonio, en cada cifra, en cada acción, se revela cómo la esperanza transforma realidades, cómo las heridas pueden cicatrizar cuando se encuentran con el amor, el compromiso y la solidaridad.
Un curso lleno de retos
Hemos cerrado un año complejo. Las personas que acompañamos en Cáritas viven realidades muy duras:
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Empleos que ya no garantizan una vida digna,
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Dificultades extremas para acceder a una vivienda,
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Situaciones de irregularidad administrativa que excluyen a miles de personas de derechos básicos.
Ante estos retos, como ciudadanos y ciudadanas, tenemos la responsabilidad de sumar esfuerzos, de construir juntos espacios de encuentro y diálogo que pongan en el centro a quienes más sufren. No podemos permitir que el sufrimiento de los invisibles quede silenciado por la polarización o el ruido.
El corazón de Cáritas: sus voluntarios
No hay buen balance sin un profundo agradecimiento. Quiero reconocer el compromiso de más de 69.200 personas voluntarias que han sostenido con su entrega la acción de Cáritas durante el último año.
Su labor es silenciosa, pero inmensa. No siempre salen en los titulares, pero nos recuerdan cada día que la caridad es darse por entero. No se trata solo de dar tiempo o dinero, sino de dar la vida. De estar.
Y quiero tener una mención especial para quienes estuvieron (y siguen estando) al lado de las víctimas de las graves inundaciones de octubre de 2024, en Valencia, Letur, Cuenca, Jerez y Málaga. Su cercanía y su constancia siguen siendo hoy un motivo de esperanza para muchas personas afectadas.
Gracias a quienes hacéis posible Cáritas
Junto a nuestros voluntarios, hay una sociedad generosa que sigue apostando por el bien común:
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Empresas comprometidas,
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Donantes que confían en nuestra labor,
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Administraciones públicas que trabajan con nosotros para garantizar los derechos y la dignidad de todas las personas.
A todos vosotros: gracias. Porque seguís creyendo que es posible vencer el mal con el bien, seguir cultivando lo bueno, seguir caminando por la senda de la justicia y la compasión.
Esta memoria que hoy presentamos no solo refleja lo que hemos hecho: es un signo profético de que, mientras haya personas que aman, ayudan, comparten, se conmueven y actúan, la esperanza nunca desaparecerá.
Gracias de corazón por hacerlo posible.