Voluntariado04/09/2025

Impulso 360: jóvenes que transforman realidades

Este verano, jóvenes de toda España se reunieron en Cercedilla (Madrid) para participar en Impulso 360, el encuentro de voluntariado joven de Cáritas. Durante varios días compartieron formación, convivencia y experiencias que fortalecen su compromiso con la transformación social. Entre ellos estuvo María Val, voluntaria de Cáritas Diocesana de Zaragoza, que nos cuenta en primera persona cómo lo vivió.

Del 25 al 30 de agosto de 2025, la localidad madrileña de Cercedilla acogió Impulso 360, el encuentro de voluntariado joven de Cáritas. Durante esos días, más de un centenar de chicos y chicas de diferentes lugares compartieron experiencias, se formaron y crecieron en comunidad.

El programa combinó momentos de reflexión, dinámicas de grupo y talleres en torno a la solidaridad, la justicia social y el papel de la juventud en la construcción de un mundo más humano.

Entre quienes vivieron esta experiencia está María Val, voluntaria de Cáritas Diocesana de Zaragoza, que comparte con nosotros cómo lo ha vivido en primera persona:

Mi experiencia en “Impulso 360º”

Cuando vi el correo de la Coordinadora de Voluntariado de mi Diocesana sobre un encuentro de formación para los jóvenes no dudé ni un instante en apuntarme. Yo que estoy como voluntaria en Acogidas dentro de Cáritas parroquial me parecía increíble. ¡Cáritas iba a reunir y formar a jóvenes! Esto era una completa novedad para mí y me sentía llamada a participar en esto.

Desde Cáritas Diocesana de Zaragoza que es de donde yo vengo nos apoyaron y animaron cuando mi compañera Lucía y yo nos presentamos para acudir. Desde el Grupo Motor, los organizadores del encuentro, nos pidieron que preparáramos varias cosas para el Encuentro entre ellas una presentación de lo que hacemos en nuestras diocesanas, una oración-reflexión para el “Buenos días” y traer una comida tradicional de nuestra ciudad.

El 25 de agosto Lucía y yo cogimos con mucha ilusión el AVE a Madrid para el encuentro. En ese momento me encontraba sin expectativas; dispuesta a dejarme sorprender, servir en lo que se necesitara, aprender y especialmente; escuchar. Al acudir por primera vez a un Encuentro así donde no conocía a nadie ni sabía cómo era, iba con el deseo de empaparme de todo y aprovechar la experiencia al máximo.

Desde el momento en que llegamos a Cercedilla me sentí súper acogida ¡Había gente de todos lados! Pamplonicas, jerezanos, madrileños, catalanes, pucelanos… Toda la juventud unida por un nexo en común ¡Cáritas! Y eso me parecía admirable. Jóvenes estudiantes o trabajadores con el mismo corazón de voluntariado hacia Cáritas y unidos con el deseo de aprender, convivir y compartir. Desde el principio hubo muy buen ambiente entre todos. Muchas risas y bromas, ratos de experiencias, intereses en común y nuevos aprendizajes. En cada uno de los días vividos, irrepetibles y especiales, hemos recibido el hermoso recordatorio de que llevamos la huella de los “Superhéroes del Mundo Moderno”.

Y así llegados a la última tarde del Impulso todos quedamos con el corazón un poco encogido de emoción y agradecimiento. Bajo el paraguas de Jorge Bucay descubrimos que el tesoro más valioso habita en nuestro interior: nuestras capacidades, nuestro ser, y el inmenso bien que, a través de ellas, podemos regalar al mundo.

Sé que todo lo que he vivido no hubiera sido posible en otro sitio, Cáritas es el lugar donde puedo vivir la fe y la vocación de servicio a la que estoy hecha que es amar al prójimo con todo mi corazón.

Tras haber terminado este encuentro puedo decir perfectamente que ¡Vaya que me ha sorprendido! Ha sido toda una semana donde he podido recordar el motivo por el que hago lo que hago en Cáritas, conocer otras experiencias y sentirme acompañada en mi trayectoria como voluntaria en esta entidad que pone el corazón en lo verdaderamente importante. Solo puedo dar gracias a Dios y compartir todo lo que he recibido, para que siga dando buenos frutos.