Haití después de Melissa
El huracán ha provocado graves pérdidas humanas y materiales.
El huracán Melissa ha sido uno de los fenómenos más potentes de la temporada ciclónica de 2025. Formado en el Atlántico central como tormenta tropical a mediados de octubre, se intensificó rápidamente, convirtiéndose en huracán de categoría 5, días antes de tocar tierra en Jamaica. Allí llegó como el huracán más devastador registrado en la isla hasta la fecha.
Una estela de destrucción
Aunque no impactó con la categoría máxima en Haití, sí provocó intensas lluvias, inundaciones y deslizamientos de tierra durante su formación. Su paso ha dejado una estela de destrucción, en Jamaica, Cuba y, una vez más, en Haití, donde se han registrado graves pérdidas humanas y materiales.
Melissa golpeó a Haití en los departamentos de Grand’Anse, Sud, Nippes y Sud-Est. Las lluvias torrenciales y los deslizamientos dañaron más de 450 viviendas y desplazaron a unas 30.000 personas. El 31 de octubre, más de 11.600 personas se encontraban en 400 refugios de emergencia establecidos en el sur del país.
Las cifras son alarmantes, ya que el número de víctimas mortales del huracán Melissa en Haití asciende al menos a 49 personas, aunque la Agencia de Protección Civil haitiana indica que el número de muertos y desaparecidos sigue aumentando a medida que continúan las operaciones de búsqueda y rescate.
La agricultura, principal fuente de subsistencia en esa región para miles de familias, sufrió pérdidas significativas, afectando a la disponibilidad de alimentos a nivel nacional.
La pérdida de los medios de vida, tan ligados allí a la producción de alimentos, se prevé, agravará los niveles ya críticos de inseguridad alimentaria y forzará a más desplazamientos internos. Y, desafortunadamente, la emergencia se ha visto agravada, más si cabe, por la inseguridad que vive el país que dificulta la asistencia a las personas damnificadas. Los bloqueos de carreteras y la presencia de bandas armadas retrasan la llegada de ayuda humanitaria y la evacuación de damnificados.
Principales necesidades
Las prioridades actuales son el acceso a refugios seguros, agua potable, saneamiento, alimentos y atención médica. La contaminación del agua y la destrucción de redes de abastecimiento aumentan el riesgo de enfermedades ligadas a cuestiones hídricas como el cólera, que ya preocupa a las autoridades sanitarias.
También se requiere apoyo psicosocial para las familias desplazadas y la reconstrucción de los medios de vida para enfrentar los meses posteriores.
Respuesta humanitaria
Cáritas Haití ha reforzado la coordinación con sus sedes diocesanas y socios internacionales para canalizar la ayuda. Se han impulsado labores de desescombro, campañas de prevención y distribución de insumos básicos en las zonas más afectadas. En este contexto, Cáritas Haití solicita, una vez más, el apoyo técnico y financiero de las Cáritas hermanas y de sus socios para movilizar rápidamente recursos y poder atender las necesidades inmediatas promoviendo la recuperación temprana de las comunidades y del tejido socioeconómico.
Mirando hacia adelante
El huracán Melissa deja una lección clara: Haití sigue siendo extremadamente vulnerable ante los desastres naturales. La reconstrucción exigirá una respuesta coordinada, planificada, integrada y requerirá de la solidaridad internacional. Según UNICEF, en Haití más de un millón de niños viven en condiciones de vulnerabilidad extrema ante la combinación de inseguridad alimentaria, violencia persistente y riesgos de desastres naturales, evidenciando la magnitud del desafío humanitario al que se enfrenta el país.

