Gaza: el acceso a la ayuda, una carrera mortal por la supervivencia
Cáritas Internationalis se ha unido a más de 160 organizaciones para exigir el fin inmediato del nuevo sistema de distribución de ayuda impuesto por las autoridades israelíes en Gaza. Un modelo que, lejos de proteger a la población civil, la somete a mayor sufrimiento y peligro.
Este sistema, conocido como Gaza Humanitarian Foundation, ha sustituido los mecanismos de coordinación humanitaria liderados por Naciones Unidas por un modelo de control militar que ha reducido drásticamente los puntos de acceso a la ayuda, restringiendo a las personas palestinas a solo cuatro zonas de distribución.
Más de dos millones de personas se ven ahora obligadas a desplazarse largas distancias, atravesando zonas activas de conflicto, solo para conseguir algo de alimento. Las consecuencias son trágicas: disparos contra civiles, caos en los puntos de reparto y muertes masivas.
Desde su implantación, más de 500 personas han muerto y cerca de 4.000 han resultado heridas mientras trataban de acceder a comida. La falta de combustible y agua potable ha paralizado servicios esenciales como hospitales, panaderías y ambulancias. Gaza enfrenta una crisis humanitaria sin precedentes, donde familias enteras sobreviven entre escombros, sin agua limpia, electricidad ni saneamiento.
Este sistema no responde a principios humanitarios. Así lo ha denunciado también The Sphere Association, la organización internacional que define los estándares globales de acción humanitaria, calificando esta práctica de ilegal.
Como Cáritas, compartimos la preocupación de la comunidad humanitaria internacional y nos unimos a este llamamiento para:
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Poner fin al bloqueo y garantizar el derecho de la población civil a acceder a la ayuda humanitaria de forma segura.
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Rechazar la financiación de esquemas que violan el derecho internacional y los principios básicos de la ayuda.
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Restaurar un mecanismo de coordinación humanitaria liderado por la ONU que incluya a UNRWA, a la sociedad civil palestina y al conjunto del sistema humanitario.
La población de Gaza no puede esperar más. Se necesita un alto el fuego inmediato y sostenido, la liberación de todas las personas detenidas arbitrariamente y el restablecimiento del acceso humanitario a gran escala. Mientras la comunidad internacional mira, más de 56.000 personas han muerto en Gaza desde octubre de 2023, entre ellas al menos 17.000 niños.
El sufrimiento humano no puede normalizarse. La ayuda no puede ser un arma. La dignidad de cada persona debe ser respetada.