Análisis y reflexión21/04/2025

El Papa de los pobres y de Cáritas

Monseñor Jesús Fernández, obispo responsable de Cáritas Española, recuerda la especial relación entre Francisco, el Papa de los pobres, y Cáritas.

Desde su elección como Papa, el 13 de marzo de 2013, siguiendo el ejemplo de Jesucristo, Francisco puso a los pobres en el centro de la vida y de la misión de la Iglesia. Efectivamente, “el corazón de Dios tiene un sitio preferente para los más pobres, tanto que hasta él mismo se hizo pobre (2 Cor 8, 9) y se identificó con ellos (cf. Mt 25, 35ss)” (EG 197).

El Papa y Cáritas

En un discurso dirigido a Caritas Internationalis (2023), el Santo Padre recordaba la necesidad de volver a la fuente del amor de Dios del que, el trabajador de Cáritas, ha de ser testigo. Subrayaba también que, a diferencia de otros organismos del ámbito social, Cáritas tiene una vocación eclesial que ha de hacer de la comunidad el sujeto principal de la caridad.

Descubrir a Cristo en los pobres

En otro discurso, el que dirigía a los miembros del Consejo General de Cáritas Española, el 5 de septiembre de 2022, advertía del riesgo del asistencialismo que mantiene a los pobres “encadenados al subsidio, impidiendo su desarrollo”. «Superemos, pues, el complejo de superioridad, démosles protagonismo, dejémonos evangelizar por ellos, puesto que tienen un conocimiento directo de Cristo sufriente. Por otra parte, también debemos descubrir a Cristo en ellos, prestar nuestra voz a sus causas, ser sus amigos, escucharlos y aprender de la sabiduría que Dios quiere comunicarnos a través suyo» (cf. EG 198). Al pobre hay que “recibirlo, acompañarlo e integrarlo”.

La acción caritativa tiene una dimensión individual, pero también debe abordarse desde las estructuras. Hemos de ser buenos samaritanos que curan y cuidan, pero que también se preguntan proféticamente el modo de evitar que haya tantos heridos en el camino. Para acabar con la pobreza, se necesita un compromiso político y legislativo serio y eficaz. De igual modo, se ha de promover una cultura del encuentro y del cuidado.

En el citado encuentro del papa Francisco con Cáritas Española, el Santo Padre advertía, asimismo, sobre otro riesgo a evitar: el de la burocratización que ha llevado a otras organizaciones de beneficencia a convertirse en una gran empresa de caridad en las que, incluso más de la mitad de los recursos se van para pagar los sueldos de los que trabajan en ellas. Y, en fin, recomendó tener un mínimo de mediaciones, más vocacionales que profesionales.

Lo hemos comprobado: el papa Francisco amaba a los pobres y amaba a Cáritas. Nosotros también amomos a los pobres. Y, por supuesto, lo amábamos a él.