El IX Informe FOESSA: una mirada profunda a la exclusión y el desarrollo social en la España de hoy
Más de 180 investigadores y 300 entrevistadores han hecho posible un retrato preciso de la España actual, donde comprender la realidad es el primer paso hacia una sociedad más justa.
Cualquiera que se asome a la historia de la sociología en España puede observar el lugar privilegiado que ocupan los Informes FOESSA en su desarrollo. El impulso “modernizador” que estos informes supusieron para la sociología española ocupa ya un lugar clásico dentro del pensamiento social contemporáneo. Rigor, creatividad, colaboración e innovación han acompañado el despliegue comprensivo de los diversos trabajos de la Fundación.
La Iglesia, en su recorrido de acompañamiento a las personas socialmente vulnerables, entiende que comprender la realidad es una dimensión esencial de la caridad. Por esa razón, los estudios de FOESSA son investigaciones rigurosas, coherentes y profundamente enraizadas en la experiencia. Son análisis amasados con la vida y el compromiso de personas voluntarias, profesionales de la acción social y proyectos que se han gastado y desgastado acompañando a las personas más frágiles.
El desarrollo de todo este proyecto no habría sido posible sin la colaboración de muchas personas e instituciones. Empezando por los 180 investigadores procedentes de 51 universidades, institutos y equipos de investigación que han contribuido al IX Informe FOESSA y a los 22 informes territoriales que concretan el diagnóstico general en las comunidades y ciudades autónomas, en la diócesis de Barcelona, la isla de Ibiza y el municipio de Albacete.
Tampoco podemos olvidar al conjunto de 300 personas entrevistadoras que han recorrido todo el país, llamando a más de 145.000 puertas y recogiendo la información de 31.015 personas de 12.289 hogares, en entrevistas de más de una hora de duración, realizadas para conocer a fondo su situación.
Quiero reconocer también el esfuerzo de quienes han coordinado los seis capítulos que componen este trabajo, del amplio y generoso consejo científico que lo ha asesorado, y del equipo técnico de la Fundación FOESSA, que ha acompañado y coordinado el conjunto del proceso.
Este informe se nutre de múltiples disciplinas de las ciencias sociales —sociología, economía, psicología, trabajo social, pedagogía o filosofía— y contiene más de 1.000 referencias bibliográficas. Se apoya en las principales fuentes estadísticas nacionales y europeas, pero también incorpora la información procedente de la mayor encuesta sobre integración y necesidades sociales realizada por una entidad privada en España.
Analiza el conjunto de la sociedad, observando el desarrollo social a través de las estructuras económicas, sociales y familiares, y profundiza en el marco cultural y de valores. Pero, sobre todo, presta especial atención a la realidad de la vulnerabilidad y la exclusión social.
Desde hace más de 18 años, FOESSA mide las condiciones de vida con una mirada multidimensional, entendiendo la exclusión social como el proceso por el cual las personas se alejan del centro de la sociedad, se separan, son separadas o expulsadas de los espacios centrales de participación. Para ello, utiliza 37 indicadores que miden la participación en el empleo, la capacidad de renta, el acceso a derechos básicos como la vivienda, la salud, la educación o la participación política, así como la ausencia de lazos sociales y las relaciones conflictivas.
De este modo, alcanzamos un indicador que refleja con precisión y profundidad las condiciones de vida de las familias en España.
El IX Informe FOESSA sobre exclusión y desarrollo social en España llega en un momento histórico de profunda complejidad. Tras décadas de transformaciones aceleradas que han reconfigurado nuestra estructura social, económica y territorial, el país se encuentra en una encrucijada que define no solo su presente, sino también el horizonte de posibilidades de las próximas décadas.
Aspiramos a que este informe contribuya a comprender la realidad compleja que vivimos, ofreciendo un análisis riguroso que permita no solo interpretar los procesos en curso, sino también identificar las palancas necesarias para impulsar una transformación que sitúe la justicia social y el bien común en el centro de nuestro proyecto colectivo.
No se trata de un ejercicio académico neutro, sino de un esfuerzo intelectual comprometido con la construcción de una sociedad más justa, equitativa y sostenible. Las ciencias sociales aquí desplegadas están al servicio de la acción: buscan desentrañar los mecanismos que perpetúan la desigualdad y la exclusión, pero también identificar las grietas por las que puede emerger la transformación social.
El Papa Francisco, en su exhortación apostólica Evangelii Gaudium, nos recuerda que “resolver las causas estructurales de la pobreza es una urgencia que no puede esperar; no solo por una exigencia pragmática de obtener resultados y ordenar la sociedad, sino para sanarla de una enfermedad que la vuelve frágil e indigna”.
El Papa nos invita a mirar el modelo del buen samaritano, cuyas últimas palabras en la parábola son: “Ve y haz tú lo mismo”. Es un mandamiento que todos los cristianos —y todas las personas de buena voluntad— debemos oír resonar en nuestro corazón.

