Campañas29/04/2025

«El Chulo» vuelve a encender su horno en Letur

Cáritas Albacete contribuye a la rehabilitación y reapertura de la panadería que fue arrasada por la DANA.

Desde el 29 de octubre, Letur (Albacete) no es el mismo. La DANA que arrasó el municipio dejó muchas cicatrices en sus calles, sus casas y sus vecinos. Pero entre los escombros también ha brotado la esperanza. Y huele a pan recién hecho.

Olor a pan recién hecho

Ese aroma vuelve a salir de ‘El Chulo’, la panadería situada en plena plaza del pueblo. Tras casi seis meses cerrada, Jennifer y su madre han vuelto a abrir las puertas de un negocio con más de 40 años de historia. “Llevamos dos semanas abiertas, y lo necesitábamos. Volver a la rutina era volver a respirar”, dice Jennifer.

La panadería, heredada de sus tíos y gestionada por madre e hija desde hacía apenas un año y medio, fue uno de los muchos negocios golpeados por el temporal. La luz, el agua y el acceso desaparecieron de un día para otro, junto a toda la mercancía preparada para el Puente de Todos los Santos. “Lo perdimos todo. Y lo poco que se salvó, lo donamos a las escuelas, donde se organizó el dispositivo de emergencia”, recuerda.

Pero la pérdida más dura no fue material. “Lo peor ha sido lo humano”, confiesa Jennifer. Dos de sus mejores amigos murieron aquel día. «Mónica y Johnny ya no están. Mi calendario sigue detenido en aquel día de octubre”. Todavía hoy evita algunas calles del pueblo. “No bajé hasta que reabrimos la panadería. Me dolía demasiado. A veces, estando en casa, pienso en el Letur de antes. Y no lo asimilo”.

El apoyo de Cáritas

El proceso de reabrir la panadería ha ayudado a Jennifer a tener la mente ocupada.  Porque no ha sido fácil. “Había que traer la leña hasta aquí, descargarla… Contar con apoyos como el de Cáritas ha sido un alivio. No solo por las ayudas económicas, también por el acompañamiento emocional»,

Una señal de vida

La apertura de ‘El Chulo’ ha sido importante para todos los vecinos, ya que más que una panadería es un punto de encuentro. “Muchos vecinos pasan y nos dicen: «Qué alegría volver a ver esto abierto y escuchar música otra vez!’”. Para el pueblo, el horno encendido es una señal de vida.

Hoy, Jennifer sigue amasando toñas, magdalenas y empanadillas. El horno vuelve a estar encendido. Letur va volviendo a la vida. 

Foto: Cáritas Diocesana de Albacete