Un caudal de energía desbordante

En Murcia existe una tradición de acogida al migrante de tres décadas, pero como suele pasar, los flujos y sus características van cambiando. En la segunda mitad de la década de los 2000, después o paralelamente a la inmigración adulta, aunque joven, (pero con el plan de venir a trabajar en el campo o en la construcción antes del estallido de la burbuja) empezaron a venir niños no acompañados que se iban acogiendo en los distintos recursos de las redes de personas sin hogar tras de su paso por los centros de protección de menores. En 2008 Cáritas Diócesis de Cartagena puso un marcha un pequeño dispositivo con 6 plazas para este perfil de jóvenes que salen del Sistema de Protección de Menores, que ha ido creciendo hasta las 48 plazas actuales.

La acogida con estos jóvenes resultó un revulsivo para el Programa de Casas de Acogida. Los jóvenes tiene un caudal de fuerza y energía desbordante, y es un reto poder encauzarlo, pero también es muy bonito comprobar los resultados. Con la pespectiva del tiempo, de los primeros jóvenes acogidos, muchos están trabajando, vienen a presentarte a su mujer y a su hijo  o pasan simplemente a saludar. Que Cáritas se haya convertido en una referencia (para lo bueno y para los momentos malos) de estos chavales es algo que nos hace sentrir privilegiados. Además, al ser jóvenes, da la sensación que de alguna manera “creces” con ellos.

También hemos vivido procesos muy bonitos con chavales que son acogidos por encontrarse en esa situación de no acompañados y con el tiempo han tomado responsabilidades dentro de las viviendas de acogida, echando una mano a jóvenes que vienen detrás de ellos, y que una vez finalizado su itinerario en Cáritas, salen,a como ellos dicen “buscar la vida”, y se han convertido en compañeros, trabajando como educadores, o auxilaries educativos, en Centros de Acogida, generalmente de Protección de Menores. Es bonito ver como devuelven lo recibido.

Murcia tiene un origen musulmán y una historia a veces desconocida para los propios murcianos. En ocasiones hemos tenido encuentros con voluntarios mayores de las Cáritas parroquiales y hemos visitado juntos sitios históricos de ese origen musulmán, en los que se explicaba cómo parte de la tradición murciana viene de aquellos momentos. Descubrirlo juntos (jóvenes árabes y mayores murcianos) es algo que resulta muy enriquecedor. 

Es verdad que como todos/as estamos en unos tiempos difíciles para la inclusión, el distanciamiento físico, al que también llaman social, no nos permite hacer algunas de las inciativas que llevábamos a cabo. En los últimos años hemos desarrollado el Taller “APS Triunfadores”, basado en la metodología “Aprendizaje y Servicio” (APS-El aprendizaje-servicio es una propuesta educativa que combina procesos de aprendizaje y de servicio a la comunidad en un único proyecto bien articulado, en el que los participantes se forman al involucrarse en necesidades reales del entorno con la finalidad de mejorarlo).

En este Taller se toman como referencia las historias de éxito de personas migrantes “los/as triunfadores/as”, y se mezclan con Talleres específicos de búsqueda de empleo , como “¿Cómo hacer un Curriculum?” o “El Discurso del Ascensor”, con un plan personal de actividades y un servicio a la comunidad.

El sentido de utilizar esta metodología viene de la propia gestación del Taller, en el diseño/preparación del taller se entrevistaron a 10 Triunfadores y de sus hitorias de vida se identificaron 8 Factores comunes de éxito (Hablar Español, Formación academica y/o laboral, Experiencia de Trabajo, Habilidades Sociales, Contactos, Referencias, Buqueda activa de empleo y objetivos claros). La idea es combinar los planes individuales y los servicios a la comunidad para que el joven adquiera el máximo de estos 8 factores en el tiempo (6 meses) de duración del taller. La experiencia es agridulce porque tenemos un porcentaje elevado de abandonos, pero también hemos conseguido que muchos chavales consigan trabajo, lo cual supera las expectativas de lo planteado.

La inclusión de jóvenes migrantes en nuestra sociedad, además de urgente, es importante. El futuro es ahora, como les decía a los jóvenes el Papa Francisco (2018):

No queremos ofrecerles a ustedes un futuro de laboratorio. Es la “ficción” de alegría, no la alegría del hoy, del concreto, del amor. Y así, con esta ficción de la alegría los “tranquilizamos” y adormecemos para que no hagan ruido, para que no molesten mucho, para que no se pregunten ni pregunten, para que no se cuestionen ni cuestionen; y en ese “mientras tanto” sus sueños pierden vuelo, se vuelven rastreros, comienzan a dormirse, son “ensoñamientos” pequeños y tristes (cf. Homilía del Domingo de Ramos, 25 marzo 2018)