Veintiséis COPs después y a la luz de los recientes informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), tenemos una comprensión mucho más clara del alcance de la posible crisis climática y de lo que hay que hacer para abordarla eficazmente.

La COP27 –que se celebra estos días en Egipto– es una oportunidad para mostrar unidad frente a una amenaza existencial que solo podremos superar mediante acciones globales y concertadas, y garantizando la disponibilidad de los medios necesarios para aplicar esas acciones. Esto es especialmente importante para aquellos que necesitan apoyo para adaptarse a los impactos negativos del cambio climático.

Reivindicaciones

Por ello, Caritas Internationalis (la Confederación internacional que agrupa a 162 Cáritas nacionales, entre ellas Cáritas Española) pide a los Estados que participan en la COP27:

1. Garantizar que la ciencia refleje e integre las experiencias y los conocimientos locales para responder al cambio climático.
2. Orientar al mundo hacia la mejora de la capacidad de adaptación, el fortalecimiento de la resiliencia y la reducción de la vulnerabilidad al cambio climático, al tiempo que se evitan, minimizan y abordan las pérdidas y daños.
3. Abordar las pérdidas y los daños causados por los efectos adversos del cambio climático a las comunidades afectadas y mejorar sus necesidades de protección.
4. Invertir la financiación climática a nivel local para atender las necesidades de las comunidades pobres y vulnerables y para mitigar los riesgos económicos y las dificultades de la deuda creadas por el cambio climático.
5. La COP27, como COP de implementación y agricultura, debe contribuir a hacer realidad un sector agrícola resiliente al clima.

Justicia climática y social

A tal efecto y respondiendo a la invitación de la encíclica Laudato si’ de realizar una ecología integral y abogar por la justicia climática, las organizaciones de Cáritas piden a los Estados participantes en la COP27 resultados que garanticen la justicia climática y social, salvaguarden los derechos humanos y protejan a las poblaciones que han contribuido muy poco al cambio climático, pero que son las más vulnerables al mismo.