Los cámpines que Cáritas Zamora tiene en el Lago de Sanabria son conocidos en toda la provincia. Muchos niños zamoranos han pasado allí unos días de vacaciones disfrutando de la naturaleza y de la compañía de otros chavales.

Este verano, durante los meses de julio y agosto, pasarán por allí más de 1.000 niños. Y es que Cáritas pone a disposición de los parroquias y de los movimientos apostólicos de la Diócesis, esas instalaciones. Son tres cámpines que disponen de zonas de aseo, salas de múltiples usos, cocina, comedor, enfermería y espacios de acampada.

Por supuesto, Cáritas organiza el suyo a través de su escuela de tiempo libre AZEMUR. En este campamento participan cada año más de 150 niños, junto con un equipo de 30 personas (coordinador, monitores titulados, monitores en prácticas y voluntarios). Los menores tienen edades comprendidas entre los 8 y los 17 años.

En la naturaleza

El campamento de Cáritas surge con el objetivo de educar a los niños en el tiempo libre y fomentar la convivencia e integración a través de un ocio saludable y en relación directa con la naturaleza.

Los tres cámpines que forman el campamento de Cáritas Diocesana de Zamora se encuentran situados en el noroeste de la provincia, en la zona montañosa configurada por las Sierras Segundera y Cabrera. Son dos grandes formaciones montañosas que constituyen los límites del Parque Natural del Lago de Sanabria y que pertenecen a la cordillera de los Montes de León.

En este entorno privilegiado se sitúa el campamento de Cáritas, lo que permite programar y desarrollar multitud de actividades al aire libre como rutas de senderismo, conocimiento de la flora y la fauna, actividades acuáticas…; una manera de que los niños conozcan el medio, educarles en el respeto y amor a la naturaleza y que puedan aprender, mediante el juego, valores humanos y espirituales.

Educar y entretener

En definitiva, los pilares sobre los que se sustenta el campamento de verano de Cáritas Diocesana de Zamora son: promover comportamientos responsables en los chavales; incentivar su madurez emocional y confianza en sí mismos y en los demás; facilitar un clima social afectivo positivo, y promover la educación en la fe y los valores cristianos. Todo ello desde los recursos lúdicos-educativo, a través del ocio, la diversión y el entretenimiento.

Foto: Cáritas Diocesana de Zamora.