Noticia03/11/2025

Cáritas en Asturias acompañó a 1.610 personas sin hogar en el año 2024

Cáritas Lanza la campaña «Sin hogar, pero con sueños» para sensibilizar sobre el derecho a contar con una vivienda adecuada y un nivel de vida digno.

Las personas sin hogar no tienen una casa o un lugar para vivir propio. Sin embargo, tienen una vida y una historia. Con el propósito de reconstruir los vínculos que les permite volver a formar parte de la comunidad, Cáritas acompañó el año pasado a 1.610 personas en esta situación, el 21% (68) han sido mujeres en situación de calle.

Cáritas es testigo de cómo sigue en aumento la vulnerabilidad en muchas personas y familias que no pueden acceder a su derecho de alcanzar una vivienda digna y adecuada. A lo largo del 2024, 143 fueron las personas acompañadas mayores de 65 años y el 26% (419) personas jóvenes entre los 18 y los 35 años. La experiencia del trabajo recorrido a lo largo del presente año nos indica que, claramente, se superará la cifra del total de personas acompañadas. Solo en el caso de mujer, podemos resaltar que, en lo que va de año, se han atendido a 262 mujeres diferentes en situación de calle, nota alarmante comparada con los datos obtenidos en el año pasado (68).

«Es necesario y urgente seguir sensibilizándonos como sociedad y continuar interpelando a las administraciones públicas, garantes de los derechos humanos, y al resto de la sociedad acerca de la realidad que están viviendo estas personas”, explica Zoraida Sienra responsable del Programa de Personas Sin Hogar de Cáritas Diocesana de Oviedo.

La falta de un HOGAR obliga a estas personas a afrontar a diario obstáculos como; la falta de intimidad, las dificultades de acceso a un trabajo decente, las trabas para acceder a los trámites de la administración pública (ausencia de empadronamientos), los problemas de salud física y mental… que impiden su integración plena en la sociedad.

Con motivo del Día de las Personas sin Hogar, celebrado el 26 de octubre, la campaña confederal -que este año lleva por lema “Sin hogar, pero con sueños”, ha contado por tercer año consecutivo con la participación de personas en situación de calle. Algunos de los testimonios recogidos por la campaña describen muy bien la difícil situación que atraviesan estas personas:

“Hay noches en que me duermo imaginando que vuelvo a tener una mesa para invitar a mis nietos a merendar. No sé si pasará, pero ese sueño me mantiene viva”. (Teresa, de 59 años).

“No pido una mansión. Solo quiero una cama que no se moje cuando llueve. Sueño con volver a tener una llave en el bolsillo, aunque sea de una habitación compartida. Eso me haría sentir persona otra vez.” (Rubén 44 años)

La campaña busca visibilizar “los sueños silenciados de quienes cada día se enfrentan a múltiples barreras”. Cáritas desde sus diferentes dispositivos, constata una año más la existencia de personas que, aun trabajando, no pueden acceder a una vivienda, personas migrantes atrapadas en la invisibilidad, víctimas de violencia machista que no encuentran una salida segura; mujeres y hombres con problemas de salud mental o adicciones; jóvenes ex tutelados a quienes se les cierran las puertas justo al alcanzar la mayoría de edad; mayores sin red familiar ni pensión suficiente que garantice unas condiciones dignas”.

Las personas Sin Hogar no solo necesitan derechos garantizados, también necesitan vínculos humanos que les recuerden que todavía pertenecen, que aún forman parte. “La campaña nos invita al encuentro entre personas. desde donde puedan romperse estereotipos, e incluso nacer un vínculo, lo cual, indudablemente va mucho más allá de la existencia de un recurso. El reconocimiento de la existencia de las personas Sin Hogar abre una puerta a una relación social que cura”, asegura la responsable del programa.

El ‘sinhogarismo’ es un problema social que no solo aglutina a las personas en situación de calle. De acuerdo a la Tipología Europea de Sin Hogar y Exclusión Residencial (ETHOS) hay cuatro categorías: en situación de calle, sin vivienda, vivienda insegura o vivienda inadecuada. Las personas que están en la calle y las que van de alojamiento en alojamiento son la cara más conocida de este fenómeno. Sin embargo, las personas que viven en chabolas, caravanas, en asentamientos o en viviendas cedidas son la parte más invisible del ‘sinhogarismo’.

NOTA DE PRENSA             CAMPAÑA