Vacaciones en Derechos

El campamento de verano nos ayuda a trabajar la relación de los niños y niñas con sus iguales y posibilita tener una red de confianza, de seguridad y de relación. Les acerca a diferentes culturas, formas de hacer y de relacionarse. A participar se aprende participando.

Que los niños y niñas puedan expresarse y decir lo que piensan sin miedo a ser juzgados es algo esencial. En nuestro campamento de verano propiciamos espacios de encuentro y proponemos actividades inclusivas, adaptadas en todo momento a la infancia y a sus necesidades, que promueve valores y desarrolla sus capacidades. Contar con estos espacios es fundamental para ser freno y romper con la transmisión intergeneracional de la pobreza.

El juego fomenta la creatividad y permite a los niños y niñas relacionarse con sus iguales y que vayan creciendo de manera integral. A través del juego nos vinculamos con ellos y con sus familias, y trabajamos además aspectos que tienen que ver con la salud, los valores, la educación…

El campamento de verano es un espacio idóneo para trabajar la afectividad consciente y garantizar el desarrollo pleno de los niños y niñas, creando entornos seguros a nivel físico y emocional en los que el buen trato es el punto de partida.

Hablamos del derecho a tener una alimentación sana y equilibrada, a mirarnos sin prejuicio, sin miedo, sin vergüenza, a tener un acompañamiento sanitario a nivel físico y emocional, a cuidar nuestro entorno. Todo esto en un escenario natural, que les conecta con el medio ambiente y les acerca a valores como el respeto a la naturaleza, el consumo responsable o el cuidado de la Casa Común.

Durante las actividades que desarrollamos en verano se encuentra también un espacio de convivencia y trabajo junto a las familias. Es muy importante para los niños y niñas compartir estas experiencias con su entrono de referencia y permitirles disfrutar juntos de una  actividad en familia.