Una ventana a la libertad
Cáritas trabaja la prevención, el apoyo y el acompañamiento de las personas privadas de libertad a través de su programa 'Abrir Ventanas', que desde hace más de 25 años promueve en la prisión de Albacete.
El lema de Cáritas es trabajar con “los últimos y los no atendidos”, y, precisamente por eso, la labor de la entidad es clave en la prisión ya que es donde se concentran todas las pobrezas humanas y de la sociedad. Una realidad oculta para buena parte de la sociedad en la que Cáritas Diocesana de Albacete trabaja desde hace más de 25 años facilitando la inclusión social, laboral de las personas privadas de libertad, y acompañando a sus familias. Su proyecto ‘Abrir Ventanas’, en la prisión albaceteña La Torrecica, pretende ofrecer un apoyo a las personas reclusas en todas las etapas de su condena. Tal y como explica Paqui Díaz, responsable del mismo “está enmarcado en la prevención, el apoyo y el acompañamiento, tratando de ser un soplo de aire fresco”.
Cáritas trabaja a través de este programa con personas que, antes de entrar en la cárcel, ya partían de situaciones muy complicadas, por eso, las dificultades a las que se enfrentan son mayores al tratarse de un colectivo muy estigmatizado ya de por sí. “A través de ‘Abrir Ventanas’, brindamos un espacio de libertad, dentro de un espacio carente de ella, en el que las personas no se sientan juzgadas y puedan empezar a recuperar la confianza en sí mismas, la autonomía y la iniciativa propia”, asegura la responsable del programa, que matiza que la intervención se realiza mediante el trabajo personal, grupal y familiar, actividades y planes individualizados de intervención que incluyen itinerarios socioformativos y laborales, según cada caso.
“En muchos casos, las personas están solas. Al principio la familia está cerca, pero con el tiempo las relaciones dejan de ser tan estrechas y se pierde esa vinculación. Cuando salen, el choque es brutal”. De esta manera, Cáritas acompaña a personas que no solo necesitan un apoyo económico, sino alguien que les escuche, que trabaje desde las capacidades, o que esté cerca, sin juzgarles, brindándoles un espacio donde sentirse seguras y acompañadas.
Actividad ocupacional y creativa
25 hombres y mujeres participan en el Taller de Creación Textil donde, además de aprender una actividad ocupacional, trabajan la creatividad. A partir de lonas, plásticos y retales de PVC y textiles en desuso se crean bolsos, monederos, libretas… productos que Cáritas vende en sus tiendas Moda re-, o que sirven incluso de premios en su Tómbola. “Además de ser un lugar de toma de conciencia, estos espacios embellecen la prisión”, explica Paqui Díaz. “En este taller, se trabaja la metáfora del reciclado, y eso conlleva descubrir que lo aparentemente inútil tiene una utilidad preciosa”. Tal y como asegura la responsable del programa, en el taller las relaciones humanas y personales son amables, impera el respeto, el cuidado, el trabajo en grupo… El ambiente creado por el color de telas, estampados, hilos, hace de este espacio algo único dentro del Centro Penitenciario, con el que mantienen una estrecha coordinación.
Expresar emociones a través del teatro
Otro espacio en el que Cáritas tiene presencia en la prisión es el Taller de Teatro, en el que participan cerca de 30 personas, y que comenzó su andadura hace un par de años. Es impartido por dos personas voluntarias, que trabajan técnicas de expresión corporal y gestual, improvisación, la voz, el movimiento y la creatividad. Además, las personas participantes aprenden a expresar, a través de la práctica teatral, estados de ánimo, emociones y sentimientos, empatizando con diferentes situaciones y contextos.
En esta línea de trabajo que hay que sumar el trabajo del equipo de Mediación Jurídica, que ofrece a los internos e internas en el Centro Penitenciario “La Torrecica” asesoramiento jurídico para el pleno ejercicio del derecho de defensa. Con todas estas iniciativas Cáritas Diocesana de Albacete quiere ser una ventana abierta a la esperanza.