Economía solidaria07/01/2021

Un trampolín para las segundas oportunidades

Cáritas pone en marcha el proyecto “Volando Alto”, dirigido a jóvenes de entre 16 y 30 años, para favorecer su participación social

El Programa de Infancia, Adolescencia y Familia de Cáritas trabaja desde hace 25 años al lado de menores y jóvenes de familias en situaciones vulnerables. En este tiempo ha comprobado como muchos adolescentes, a partir de los 16 años, quedan en el limbo de la participación social. No terminan sus estudios y tampoco cuentan con el respaldo o la motivación suficiente para continuar otros itinerarios formativos o personales, con las terribles consecuencias que esto puede llegar a tener. Con el objetivo de convertirse en un trampolín que lance a estos jóvenes a iniciar otros caminos, nace el proyecto Volando Alto.

En este programa los jóvenes son los protagonistas de su proceso de cambio, realizando una toma de decisiones libre desde el acompañamiento de los educadores, reflexionando y asumiendo las consecuencias de estas, y está diseñado con dos líneas de trabajo: Una de acompañamiento más informal que trata de atender las necesidades concretas de cada joven; y un proceso formativo más estructurado en el que los jóvenes se convierten en grandes protagonistas. En este espacio se trabajan varios ámbitos: el personal, a través de tutorías; el cognitivo, apostando por una formación más académica; el interpersonal, mediante talleres grupales; o el laboral a través de una formación en diseño gráfico y redes sociales, que ya está dando sus primeros frutos

Gracias a la colaboración de la Consejería de Desarrollo Sostenible, estos jóvenes han podido poner en marcha sus conocimientos y diseñar sus primeras mascarillas. Estas se imprimen en tela y ropa usadas, procedentes de los contenedores que Cáritas tiene en la ciudad, se cosen en el taller de creación textil que Cáritas impulsa en el Centro Penitenciario ‘La Torrecica’, y en breve, serán vendidas en las tiendas de ropa de la Fundación El Sembrado: Moda Re, Café-Tienda Romero, y en las tiendas y espacios con corazón de Caudete, Hellín, La Roda, Villarrobledo y Almansa.

Un proyecto de economía circular, en el que los jóvenes se han implicado creando incluso su propia marca, Fábrica Gráfica, y que además ha supuesto para muchos, un camino para comenzar una segunda oportunidad.