Mientras haya personas, hay esperanza: así acompaña Cáritas en Albacete a quienes más lo necesitan
Compartimos parte de nuestro trabajo llevando esperanza a quien la necesita.
Cada persona acompañada, cada puerta que se abre o cada mano que se tiende ilustran el trabajo diario de Cáritas en la provincia de Albacete, nutrido gracias a sus más de 1.100 personas voluntarias. En el Día del Corpus Christi, también Día de la Caridad, damos gracias por tanto bien recibido y compartido y hacemos un llamamiento a toda la sociedad para seguir siendo presencia de esperanza en medio de un mundo herido.
Durante 2024, más de 8.800 personas fueron acompañadas por Cáritas Diocesana y la Fundación El Sembrador. Cada una de ellas con su historia. Como Irene, madre sola con dos hijos, que tras meses de trabajo precario y sin red familiar no podía asumir el alquiler. En este tiempo Cáritas le ha estado acompañando en el logro de su autonomía, prestándole apoyo para cubrir sus necesidades básicas, asesoramiento para mejorar su empleabilidad y acompañamiento personal para recuperar la confianza.
Tener trabajo ya no basta. El empleo ha mejorado en cifras generales, pero no protege frente a la pobreza. Más de 1.000 personas pasaron por el programa de Empleo de Cáritas en 2024. y es que a pesar de la mejora de la economía, los obstáculos siguen siendo muchos. La vivienda se ha convertido en un bien inaccesible para muchas familias vulnerables, que destinan ya más del 30 % de sus ingresos al alquiler. En Castilla-La Mancha, el precio ha subido un 10,2 % y Cáritas ha duplicado sus ayudas a vivienda a fondo perdido para paliar la situación de agobio en las que viven muchas familias, que, a pesar de contar con empleo en muchos casos, cuentan con grandes dificultades para mantener su vivienda.
La situación de los niños, niñas y jóvenes es otro foco de atención. 575 menores participaron en acciones de infancia, impulsadas desde el programa de Infancia, Adolescencia y Familia diocesano, o de los equipos parroquiales en el territorio. Acciones integrales, encaminadas a garantizar los derechos de la infancia y su participación, y a ser frenos de la transmisión intergeneracional de la pobreza.
El pasado año estuvo marcado sobre todo por un hecho doloroso: la DANA que en octubre se llevó la vida de seis vecinos de Letur y arrasó la localidad. Cáritas ha canalizado la solidaridad de toda la diócesis y de empresas, socios y donantes para articular un plan de más de 2 millones de euros y contribuir, junto a administraciones y otras entidades, a la reconstrucción de esta localidad.
Todo esto ha sido posible gracias a una Iglesia viva: 1.150 personas voluntarias, 115 contratadas, 47 Cáritas parroquiales, más de 2.000 donantes y la colaboración de las administraciones públicas. Este es el sentido profundo de la campaña que acompaña este Día de Caridad: Mientras haya personas, hay esperanza. La esperanza que nos lanza hacia lo nuevo y nos llama a implicarnos, como Iglesia, siendo signo visible de esa esperanza que no defrauda.