Domingo de Resurrección. “Con mi DNI tengo acceso al Pasaporte universal”.

Algo nuevo ha surgido. A Jesús, de Nazaret, muerto en la cruz, y proclamado como quien “realmente es Hijo de Dios”, ahora, ya resucitado, al encontrarse con los suyos, con quienes le conocieron, resulta que no llegan a distinguir de quien se trata, hasta que… les recuerda las Escrituras y parte con ellos el Pan. Y hoy, ahora, es Alguien universal, no pertenece a un pueblo, sino para la entera Creación. Es universal.

¿Por que seguimos pensando y creyendo que todo depende de nosotros? Hay culturas enteras que no han sobrevivido, se extinguieron… En general, cargadas por plasmar la vida desde la óptica tentadora de toda la historia de la raza humana, el tener, el ser, y el poder.

Niegan el todo y subliman las partes, por lo general bastante interesadas en el espacio temporal. Se despojan de convicciones y apuestan por auto-abastecerse, superar a otras razas y culturas, y se desentienden de todo horizonte que vislumbre esperanzas solidarias y comunes. El DNI humano, es egoísta y egocéntrico, es totalitario y tiende a caer en el “yo” como absoluto de todo.

Resucitar supone NO dejarme engañar por el propio “Yo-egoísta” y colaborar con un proyecto de Creación universal que está destinado a la Salvación. Proyecto llevado a cabo por un Amor Universal, el de Dios, fuente de Luz y Vida, que vence todo egoísmo por medio del Amor, y pide nuestra colaboración.

Cáritas está llamada a tener pasaporte universal, participando y colaborando en llevar el Amor de Dios a todos sus hijos.