Corredora de fondo en caridad

¡Y tanto! Porque M.ª José, tenaz, organizada y empática, no soporta las injusticias y se vuelca en generosidad con los demás, activamente, sin parar en su carrera.

Esta mujer joven, extrovertida y comunicativa, se dedica con orgullo a cuidar de su casa, de su familia…y de todos los que acuden a Cáritas de la parroquia del Espíritu Santo en Albacete. Lleva en su dirección siete años, pero su “carrera” empezó mucho antes. M.ª José me habla de una implicación con la parroquia muy fuerte a raíz del año 2011. Algo muy doloroso, como la muerte de un ser querido, y algo muy gozoso, como la Primera Comunión de su hijo, le hicieron comprometerse en la parroquia a todos los niveles y en beneficio de muchas personas. Empezó a “correr” en catequesis, en el coro, en Cáritas, en excursiones…

Se dejó impregnar entonces por el carisma del padre Mauro (pavoniano vicario de la parroquia) y por su compañera y amiga Emilia Aroca. Ellos y el resto del equipo de Cáritas -no se olvida de ninguno- fueron instrumentos de entrega desinteresada y entrega a los demás para M.ª José. Recuerda con alegría y con nostalgia aquellos viajes a San Sebastián en verano. En autobús y con chicos y chicas de las casas de acogida, su marido y ella visitaban al padre Mauro cuando estuvo allí destinado y pasaban días muy agradables juntos.

A pesar de su juventud, M.ª José ha tenido que pasar por experiencias difíciles y muy difíciles en su vida, como tantas personas que se encuentran demasiado pronto con la enfermedad o con las ausencias de seres queridos. Pero, esta “corredora de fondo” sigue alegre y comprometida con el mundo. Me confiesa que lo que más le gusta y más valora son las comidas con su familia, con sus amigos… y sobremanera, ver cómo prosperan los participantes del proyecto de Cáritas que ella dirige. Es feliz y cito textualmente “cuando llega el día en que van a verte y te dicen que ya no necesitan de nuestra ayuda”.

¿Qué puedo añadir más de M.ª José? Creo que ya he dicho casi todo sobre esta mujer que defiende el testimonio por encima de las palabras para atraer a los jóvenes. Pequeños gestos, como participar en alguna campaña que lleven a cabo, como la del Día de Reyes, les pueden abrir los ojos del corazón y la alegría de la entrega.

Y termino con sus palabras… ¡qué mejor manera!

“Contribuir a la esperanza de los demás es ayudarse a uno mismo”.

Muchas gracias, María José