29/06/2023

Carmela

 

Carmela nació en Lugo en 1966.

De su infancia recordaba con agradecimiento que su madre hubiese contado con las Hijas de la Caridad y con la parroquia para su educación y para las actividades de tiempo libre de ella y de su hermano. Se sentía orgullosa de haber sido una niña y adolescente de campamentos parroquiales… En esta etapa conoció el gusto por la vida comunitaria que en su juventud orientó al movimiento asociativo.

Llegó a Cáritas Diocesana de Mondoñedo – Ferrol en 1994, venía de trabajar en el ámbito social con infancia y en Cáritas se le puso al frente del trabajo con personas en situación de sin hogar donde combinó la actividad en un centro de día, el acompañamiento a personas en los pisos de tránsito a la vida autónoma, impulsó las primeras actividades de promoción como un pequeño taller de carpintería en los locales de la parroquia de Santa Marina. En la puesta en marcha de estos proyectos ya puso de manifiesto su capacidad para asumir retos y vencer dificultades para que las personas tuviesen un sitio en la sociedad. Trabajó para que Cáritas ofreciese recursos dignos para las personas sin hogar y lo reclamaba diciendo,  HAY QUE COMPRAR LO QUE SE DEBE, AUNQUE SE DEBA LO SE COMPRA

Siempre en primera línea, a pie de calle, al lado de las personas… se entregó con pasión al sueño de una vida digna para todas las personas desde la defensa de los Derechos Humanos. … siempre desde el trabajo en red con la Administración Pública y las otras entidades sociales de la comarca.

En el 2019 paso a acompañar al voluntariado de las Cáritas Parroquiales en las acogidas en los barrios de Ferrol y en otros puntos de la diócesis, Viveiro, Foz, Burela… Y nuestras Cáritas se contagiaron del latido del corazón de Carmela y su cercanía con las personas en momentos de dificultad…

La defensa de los derechos de las mujeres fue una constante en su vida

Hoy no podemos olvidar una de sus dimensiones menos conocida, la de mujer creyente, en la que la vimos buscar la fuerza en este último mes tras la muerte de su madre, que ella misma expresaba como momento complicado, en el que reconocía necesitaba contar con la fuerza de la fe en Dios Padre.

Desde la fe expresaba su anhelo por vivir en armonía: “vivir en armonía con nuestra propia conciencia, con nuestro medio ambiente, con la persona que te quiere, con los amigos, en definitiva, con nuestro Padre Dios, agradecía como don del Amor de Dios su vivir armonía con los otr@s.”

En su agenda Carmela reservaba tiempos de silencio para estar con Dios para nutrirse del AMOR con mayúsculas, que ella después regalaba en su vida profesional, social, de amistad, familiar como organizadora incansable de encuentros festivos fraternales,

Carmela soñaba una Iglesia que asumiese el compromiso de construcción de la sociedad del bien común.

Carmela mujer cristiana, firme y apasionada defensora de los derechos humanos, luchadora por el reconocimiento a las mujeres en las estructuras sociales, compañera y amiga infatigable en la misión de Cáritas…