Al lado de la soledad no deseada
Soy Mari Carmen, pertenezco a la UPA Burela-Cervo-Cordido y soy voluntaria de Cáritas en el programa CON-VIVINDO de acompañamiento a personas mayores en soledad.
El pasado 18 de marzo celebramos en nuestra Diócesis de Mondoñedo-Ferrol la fiesta de la Misericordia; excelente ocasión de encontrarnos y de compartir la celebración del perdón.
Para esta ocasión fui invitada desde Cáritas para animar uno de los talleres: “Al lado de la soledad no deseada”. Tengo que reconocer que al principio recibí la propuesta con cierto miedo y muchas dudas; ¿sería yo capaz de trasmitir lo que la experiencia de acompañar significa para mí, no solo como persona sino y sobre todo como cristiana comprometida?
Finalmente acepté, seguramente con cierta inconsciencia, el reto. Cuando lo preparaba me paré a pensar realmente: ¿qué es para mí la Misericordia?
La Misericordia es la expresión del gran amor que el Padre nos tiene sin reparar en nuestras faltas de amor, en nuestras fallos o debilidades; un amor sin medida siempre dispuesto a perdonar y a mirarnos con los ojos de un Padre generoso que nos invita a la conversión y a vivir esa misericordia con los demás.
Ya que estamos llamados a ser misericordiosos como el Padre, mi forma de vivirlo en el día a día es en el terreno del acompañamiento de las personas mayores en soledad.
Por desgracia en las sociedades actuales parece que cada vez los mayores cuentan menos y son apartados del ámbito público dándose más casos de soledad no deseada e incluso de fallecimientos en la más absoluta soledad de personas mayores en sus domicilios.
Este voluntariado lo vivo no simplemente como una aportación a la sociedad sino como un crecimiento personal y la posibilidad de sentirme redimida y amada por Dios a pesar de todos mis fallos y debilidades.
La oportunidad de compartir esta experiencia con los participantes en el taller fue muy gratificante y solo deseo haber sido capaz de trasmitir la alegría que me produce el voluntariado con personas mayores.