24/07/2022

Se lo merecen…

Agradezco a nuestros mayores su fuerza, alegría, desvelos, preocupaciones, trabajos, angustias y esperanza que tuvieron para poder darnos un mundo mejor.

“Fui profesional sanitario en un servicio de urgencias y desde allí me di cuenta de los indefensos y vulnerables que pueden sentirse nuestros mayores. Ellos, que siempre esperan de ti una sonrisa o palabra cariñosa.

Estas vivencias me llevaron a hacerme voluntaria de Cáritas para el acompañamiento de los mayores y, como se dice en el juego de los barcos, “tocado y hundido” porque tuve un cúmulo de sentimientos que de verdad me llegó.

Ellos indudablemente te agradecen que estés allí. Te miran con alegría cuando abres la puerta de la residencia y los vas a ver, cuando los llevas a pasear, aunque protesten cuando salen, porque a los dos minutos ya están felices.

Pero yo también crezco con ellos.

Esa alegría que me contagian, esa gratitud que veo en sus miradas, esa espera semana a semana para poder tener con ellos y ellas vivencias increíbles de cariño, mal humor (que algunos tienen), alegrías y tristezas. Esa convivencia que tuvimos cuando fuimos de excursión y disfrutaron mucho más que niños y al regresar, aunque iban agotados, decían: “Esto se tendría que repetir una vez al mes, ¡¡por lo menos!!”.

¡Con qué poco se contentan y qué fácil es hacerlos felices!

Sí, esto es un voluntariado en el que:

  • Se recibe más que se da.
  • Se aprende más que se enseña.
  • Y en el que uno se da cuenta de dónde se puede encontrar un camino para ser feliz.

Por todo esto, agradezco a nuestros mayores su fuerza, alegría, desvelos, preocupaciones, trabajos, angustias y esperanza que tuvieron para poder darnos un mundo mejor. Se merecen mucho más de lo que les damos.

¿por qué no dedicarles, si no todos los días, un día a la semana por lo menos?.

Se lo merecen.