02/10/2021

Hacia un nosotros cada vez más grande

Para cuidar nuestra casa común, no podemos levantar muros y hacer distinciones “entre autóctonos y extranjeros, entre residentes y huéspedes”, sino que “tenemos que soñar juntos, como compañeros de viaje, como hijos e hijas de esta misma tierra que es nuestra casa común, todos hermanos y hermanas” (..). Que no haya más “los otros”, sino sólo un NOSOTROS, que crece en nuestro corazón, en cada una de nuestras familias y comunidades tan grande como la Humanidad para construir nuestro futuro de justicia y paz, asegurando que nadie quede excluido.  Que este sea el compromiso de cuantos nos hemos reunido aquí, en este día
Extracto del Manifiesto de la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado 2021

La Iglesia celebra la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado desde 1914. Más de 100 años de tener la ocasión para expresar nuestra preocupación por las personas vulnerables en movimiento; para rezar por ellos mientras enfrentan muchos desafíos; y para sensibilizar sobre las oportunidades que ofrecen las migraciones.

La Jornada tiene lugar el último domingo de septiembre; y el tema es elegido por el Santo Padre. Francisco eligió para 2021, como lema “Hacia un nosotros cada vez más grande”, ¿qué motivó esta frase? En palabras del propio Papa: «Pasada la crisis sanitaria, la peor reacción sería la de caer aún más en una fiebre consumista y en nuevas formas de autopreservación egoísta. Ojalá que al final ya no estén “los otros”, sino sólo un “nosotros”.  Hacia un nosotros cada vez más grande quiere indicar un horizonte claro para nuestro camino común en este mundo.

La forma en que Asturias quiso estar presente en esta fecha fue celebrando el primer Círculo de Silencio en la diócesis, como manifestación silenciosa y pacífica por la defensa de los Derechos Humanos de personas migrantes.

Una concertina, cuchillas afiladas para impedir el paso, rodeada de velas encendidas, sirvieron como símbolo de una cruda realidad.  Queríamos tener en mente en medio del silencio, todo aquello que cierra puertas y lesiona la dignidad de las personas y sus derechos fundamentales:  fronteras selectivas, altas vallas y muros a veces con concertinas, leyes injustas, nacionalismos cerrados y agresivos, individualismo radical… que quitan la libertad a quienes más fácilmente pueden convertirse en “los otros” por su situación vulnerable. Las velas nos ayudaron a recordar el sufrimiento al dejar su tierra para buscar acogida en otra parte exponiendo su vida al peligro.

Rompimos el silencio para alzar la voz y denunciar que, con el reciente acceso al poder de los talibanes, comenzó en Afganistán un éxodo de personas, algunas de las cuales han llegado a Asturias, buscando asilo. Ante esta dramática situación, habrá que trabajar en dos frentes: por un lado, con el diálogo y la cooperación internacional para que se respeten allí los derechos y libertades de todas las personas; por otro lado, acogiendo a quienes huyen porque ven sus vidas en grave peligro.

La grave situación producida este verano en Ceuta con el inicio del proceso de devolución de menores no acompañados a Marruecos sin respetar ni los derechos humanos, ni los procedimientos previstos en nuestra Ley de extranjería, como han declarado nuestros tribunales.  En España, la Ley de Extranjería debe ser modificada para garantizar la igualdad de derechos de quienes, después de tres años, ya están arraigados en nuestra comunidad, facilitando la regularización de su situación administrativa.

Y, por último, condenar expresamente los discursos xenófobos que señalan y excluyen.

Tampoco quisimos olvidar a los que mueren en el camino: según la Organización Internacional para las Migraciones, al menos 1.146 personas fallecieron tratando de llegar a Europa durante el primer semestre de 2021, el doble que en los años anteriores.