El Informe FOESSA alerta de un “Albacete de dos velocidades”
La vivienda y el empleo son los principales motores de la desigualdad en una ciudad donde la exclusión severa alcanza a 21.000 personas.
Albacete, 9 de diciembre de 2025- La Fundación FOESSA y Cáritas Diocesana de Albacete han presentado el Informe sobre Exclusión y Desarrollo Social en el municipio de Albacete. El estudio, que forma parte del IX Informe FOESSA sobre Exclusión y Desarrollo Social en España, analiza por primera vez la evolución de los niveles de integración y exclusión social en el municipio.
La investigación ha sido presentada este martes por Rosa García, directora de Cáritas Diocesana de Albacete y Raúl Flores, secretario técnico de la Fundación FOESSA y coordinador del estudio. Ha contado también con la presencia de D. Ángel Román, obispo de Albacete, y Llanos Navarro, concejala de Acción Social del Ayuntamiento de Albacete, entidad que ha cofinanciado la realización de este informe.
Durante su intervención, Rosa García ha señalado que para Cáritas es un compromiso actuar en la realidad social de la pobreza y de la exclusión y que, para ello, es necesario contar con un conocimiento profundo de ella. La directora de Cáritas Albacete ha adelantado que “el informe habla de pobreza, pero también de carencias en la cobertura de sus derechos; de aislamiento social; de la falta de participación social y política. Hablamos, en definitiva, de una situación compleja y compuesta por múltiples dimensiones”.
Por su parte, la concejala de Calidad de Vida y Participación del Ayuntamiento de Albacete, Llanos Navarro, ha puesto en valor la realización del estudio. “Es una apuesta valiente para conocer la realidad de Albacete. Hemos sido la única ciudad de España que ha realizado este esfuerzo porque hemos considerado que es la mejor manera de poder actuar cuando se tiene un diagnóstico”. Navarro ha recordado que el Ayuntamiento -“consciente de la situación y de que son muchos los albaceteños que necesitan apoyo- destina 13 de cada 100 euros de su presupuesto a atender a aquellos que peor lo están pasando con una cuantía de cerca de 23 millones de euros y una subida del 13% en el último ejercicio”.
La concejala de Calidad de Vida ha reconocido que “todavía nos queda mucho camino por recorrer y queremos hacerlo, como venimos haciendo hasta ahora, de la mano de entidades como Cáritas que son las entidades que están sobre el terreno y aportan su experiencia”.
D. Ángel Román, ha recordado que con este informe, la Iglesia quiere conocer el mundo en que vivimos para servirlo mejor, “por eso nuestra primera línea de acción para acabar con la pobreza es hacer que los más necesitados de nuestra sociedad sientan que pertenecen a una familia que les ofrece una mano, los acoge y los llena de esperanza”.
El Obispo de Albacete se ha referido a la necesidad de actuar contra las causas que provocan y perpetúan las situaciones de exclusión y de ser conscientes de nuestra responsabilidad individual. “Los resultados de este informe nos invitan a ser valientes y cuestionar sin tapujos nuestra realidad personal y las consecuencias de nuestra manera de vivir: el individualismo, la meritocracia, la indiferencia, el orgullo, la instrumentalización del otro, la superficialidad de soluciones vivir “visceralizados”, la hipocresía, usar en vano palabras sagradas como respeto, inclusión, libertad o igualdad, perder el espíritu crítico, vivir una solidaridad temporal que se marcha y se olvida mientras las personas siguen sufriendo…”
Una ciudad a dos velocidades
El informe describe un Albacete a dos velocidades, más polarizada que el resto de España. El 49,5% de la población, está en integración plena, por encima de la media nacional y regional, frente a un 12,5% de la población que se encuentra en exclusión severa. “Hablamos de unas 21.000 personas en Albacete que sufren dificultades serias y acumuladas, personas que sobreviven al margen de la sociedad”, ha explicado Raúl Flores, secretario técnico de la Fundación FOESSA.
El IX Informe FOESSA señala que pese a las dificultades que afrontan a diario los hogares en exclusión severa, tres de cada cuatro activan redes y siguen planes de inclusión, pero chocan con barreras estructurales. “El mito de la pasividad de las personas en situación de pobreza y exclusión es falso. No fallan las personas, falla el sistema”, ha asegurado Flores.
La vivienda es el epicentro de la desigualdad y la exclusión
La vivienda es hoy el factor que más exclusión genera, afectando a más de 1 de cada 4 personas (26,1%). La exclusión residencial es más amplia que en el estado, y notablemente mayor que la media de Castilla-La Mancha. Además, el aumento de la cuota del alquiler, un 25% desde 2018, hace que el 47 % de las personas que viven en alquiler, se encuentre en riesgo de pobreza y exclusión social. Otro dato relevante es que más de 9.000 hogares, una vez que pagan los gastos básicos (vivienda y suministros), se quedan por debajo del umbral de pobreza severa.
El informe destaca también que 20 mil personas residen en una vivienda inadecuada con problemas de hacinamiento, habitabilidad o insalubridad. “Esto no son números, son niños que no tienen una mesa tranquila donde hacer los deberes”, ha apuntado Flores. La vivienda es el cuello de botella de la integración social en Albacete. Es un derecho fake“.
El empleo se recupera, el bolsillo y la integración no lo notan
Aunque el empleo mejora macroeconómicamente, ha perdido gran parte de su capacidad protectora e integradora. “Tener trabajo no garantiza salir de la pobreza ni estar vacunado contra la exclusión social”, ha apuntado el secretario técnico de la Fundación FOESSA. De hecho, el 17,3% de los hogares albaceteños están afectados por problemas de exclusión en el empleo (inestabilidad laboral grave, parcialidad involuntaria, desempleo).
Otros factores multiplicadores de la excusión: pobreza, salud y relaciones sociales
Junto a vivienda y empleo, el Informe FOESSA identifica otros factores que multiplican la exclusión en Albacete: la pobreza y garantía de ingresos, la salud o las relaciones sociales.
Aunque la pobreza relativa es algo menor que en la región, la pobreza severa y la fragilidad económica son más profundas en Albacete. El Ingreso Mínimo Vital (IMV) presenta una mejor cobertura, llegando al 4,2 % de los hogares, pero no basta para cubrir la incidencia de la pobreza severa en la ciudad.
Por otra parte, y como también advierte el informe, la eliminación del Ingreso Mínimo de Solidaridad, que era la única renta mínima en Castilla-La Mancha, debilita la red de seguridad, dejando desprotegidas a muchas familias. “La retirada de la protección autonómica debilita la red de seguridad final. La prioridad debe ser garantizar que la información se traduzca en acceso real y recuperar la complementariedad de las rentas autonómicas para no dejar a nadie atrás”, ha matizado Flores.
Los datos del Informe de Albacete muestran que el código postal y la cuenta corriente influyen cada vez más en el acceso a la salud. El motor principal de esta exclusión, tal y como apunta el secretario técnico de FOESSA, es claramente económico. El 7% de la población ha tenido que dejar de seguir tratamientos no cubiertos por la sanidad pública (dentista, podólogo, psicólogo) comprar medicinas, prótesis o seguir dietas por problemas económicos.
Pero el rasgo más singular de Albacete es cómo la salud se convierte en un espejo de la desigualdad social. Mientras que en la población integrada los problemas de salud afectan a un 27%, en la población en exclusión social severa la incidencia se dispara al 49%. “No se trata solo de listas de espera, se trata de quién puede permitirse esperar y quién no. En Albacete, la exclusión social no solo te quita recursos, te quita salud”, asegura Flores.
El informe advierte que la estructura de relaciones de Albacete está más deteriorada que en el conjunto de Castilla-La Mancha. Los problemas de conflicto y aislamiento social afectan al 8,3 % y 7,9 % de la población. Entre los hogares en exclusión, estas cifras escalan hasta el 24 %. Además, uno de cada cinco hogares excluidos no cuenta con ninguna red de apoyo en caso de necesidad. “Reconstruir la comunidad no es solo «hacer barrio», es una política social de primer orden. Necesitamos unos servicios sociales que no solo tramiten ayudas, sino que reconecten a las personas, porque la soledad en Albacete pesa más que en otros lugares”, ha señalado el secretario técnico de la Fundación FOESSA
Infancia, personas migrantes y hogares con menores: los rostros de la exclusión social en Albacete
El informe señala que la exclusión social se eleva desde el 22,3% de toda la población hasta el 36,6 % de los menores de 18 años. “Estamos hipotecando el futuro de algo más de 1 de cada 3 niños de nuestra ciudad” ha señalado Raúl Flores.
El segundo rostro tiene que ver con el origen. El 54 % de la población extranjera está en exclusión, frente al 20 % de la población con nacionalidad española. Sin embargo, la gran mayoría de las personas en exclusión (81 %) son españolas. “La exclusión no es un problema importado”, ha insistido.
El tercer rostro está ligado a la composición del hogar. La exclusión afecta al 39 % de las personas que viven en hogares con dos o más niños, niñas o adolescentes, uno de los grupos con mayor incidencia de exclusión en la ciudad. Las necesidades de cuidado y el sobrecoste de la crianza convierten la crianza en un factor de riesgo intensivo.
Los servicios sociales: necesidad y solidaridad
El Informe FOESSA constata también una paradoja en la relación de la ciudadanía de Albacete con los servicios sociales. Solo el 15,6 % de la población vive en hogares que han acudido en el último año a los servicios sociales (públicos o entidades como Cáritas), una cifra algo superior a la media regional pero baja para el nivel de exclusión registrado. Sin embargo, el apoyo ciudadano a la protección social es masivo: el 86 % de la población considera que debe destinarse más dinero a servicios sociales, y el 81 % estaría dispuesto a pagar más impuestos si eso garantiza mejores prestaciones y servicios.
Un nuevo pacto social
El Informe describe un modelo social agotado, que produce desigualdad, precariedad y fractura. Vivimos en una sociedad que desgasta tanto a las personas como al planeta. Sin embargo, también identifica semillas de esperanza: en la acción y el desarrollo de las redes comunitarias, los movimientos sociales y las prácticas cotidianas de solidaridad que muestran la voluntad de cambio y el deseo de reconstruir un sentido de comunidad.
Frente a una sociedad del miedo, desconfiada e individualista, el informe propone un cambio de paradigma hacia una sociedad centrada en el cuidado, la interdependencia y la justicia social y ecológica: un modelo que mida su bienestar por la capacidad de “biencuidar”. Ese es el camino que, desde FOESSA y Cáritas, creemos posible y necesario.
Entre las propuestas, el informe plantea políticas que redistribuyan para frenar la desigualdad y que aborden de forma estructural:
- La vivienda debería convertirse en un pilar del Bienestar: Es necesario ampliar el parque de vivienda alquiler social y generar mecanismos que permitan frenar subidas abusivas de precios.
- Las políticas de inclusión en el ámbito laboral deben concentrarse en dos frentes: las personas desempleadas y quienes ocupan puestos de baja calidad.
- En las políticas de garantía de ingresos, la prioridad es seguir desarrollando la cobertura y la intensidad del IMV, así como reactivar la renta mínima autonómica como complemento.
- Son precisas políticas para impulsar la integración de la población inmigrante desde el primer día. Es urgente agilizar los procesos de regularización para reducir la irregularidad y así, garantizar derechos.
“Exigimos políticas valientes, concretas y evaluables y con enfoque de equidad territorial que aseguren el cumplimiento efectivo de los derechos humanos. No es un capricho: es una obligación de todas las administraciones”, ha concluido Raúl Flores.
La Fundación FOESSA (Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada) fue creada por Cáritas Española en 1965 con el objetivo de servir a la sociedad a través de la realización de estudios de investigación sobre la realidad social, cultural y económica de España.
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