Nuestras socias más jóvenes

‘Corazón de Casa’ es un proyecto de atención integral, orientación, formación, promoción social e intervención en inserción socio-laboral para jóvenes migrantes. Este Proyecto, financiado por Cáritas Diocesana de Albacete y donaciones particulares, lleva una andadura de más de dos años, y en este tiempo ha contado con el apoyo de muchas personas que, a nivel individual, han querido poner su granito de arena. Tres de estas personas son Lola, Gloria y Raquel, de 6, 8 y 10 años, que desde hace más de un año realizan en su comunidad de vecinos, pequeños mercadillos solidarios. Ojos de niñas, que saben mirar la vulnerabilidad de los que no tiene tanto como ellas, y lo más importante: que nos hacen mirar también a nosotros esa vulnerabilidad. Ellas sin saberlo, nos llenan de esperanza de futuro.

Influenciadas por todo lo que oyen de la falta de recursos, de la crisis que estamos viviendo y lo mal que lo pasan otros niñas y niños, se ponen manos a la obra. Van montando pequeños espacios de solidaridad en su comunidad de vecinos, y con sencillez comienzan a hacer pequeños trabajos manuales que van exponiendo en improvisadas mesas con cajas de cartón. Ellas, con espontaneidad y entusiasmo, comienzan a generar solidaridad entre sus vecinos y vecinas, y poco a poco consiguen recaudar pequeñas cantidades de dinero que para nosotros tienen un valor incalculable.

Pero… tienen que pensar … Y ¿ahora qué?, ¿Cómo donarlo?, ¿A quién ofrecerlo?….

Sus papás y mamás les sugieren varias cosas que podrían hacer con el dinero recaudado: llevarlo a la panadería del barrio y hacer un fondo para que las personas que no pueden comprar pan tengan posibilidad de hacerlo… y otras ideas buenas. Algunos de sus padres y madres les hablan también de un pequeño proyecto, ‘Corazón de Casa’, impulsado por un equipo parroquial, y financiado por Cáritas diocesana y que ayuda a crecer en dignidad a jóvenes migrantes dándoles casa y cariño.

Se entusiasman, Lola, Gloria y Raquel, quieren saber más de esos chicos, saber de sus vidas y el conocer por qué han dejado a sus padres, madres y hermanos y han venido a nuestro país.

Piensan y deciden que “sin pan no se puede vivir pero no tener casa …. es como no tener un lugar propio en este mundo, es como no tener familia”. Ya lo tienen claro, ya saben en dónde poner su mirada solidaria.

En el transcurso de este tiempo han ido conociendo las vidas y las necesidades de Rabie, Achraf, Moussa, Mourad y Ayoub, han visto sus caras y han escuchado sus voces, y han comenzado a sentirse comprometidas con las historias de sus vidas.

No es poco ni pequeño su esfuerzo, con su recaudación, se ha podido pagar el recibo de luz algún mes, o se ha podido comprar un regalo de cumpleaños para uno de los chicos. Pero su mayor regalo es el “contagio” que ellas están produciendo entre sus amiguitos y amiguitas, pues cada día son más los que participan en estos mercadillos, “contagiando” de esa buena mirada que ellas tienen, hacia el que menos tiene.

Han aprendido que ellas también pueden hacer cambios en este mundo, cambios que ayudan a hacer crecer a otras personas. Han aprendido que ellas también pueden ser familia y hogar de los que dejaron un día sus casas y sus familiar buscando un mundo mejor.