Análisis y reflexión26/12/2025

Carta al nuevo año

Aunque vivimos tiempos complejos, al nuevo año 2026 le pedimos deseos de esperanza para todas las personas.

Somos conscientes de que vivimos tiempos complejos en los que se hace difícil mantener la esperanza a flote. El IX Informe FOESSA nos confirma un panorama en el que la soledad, el problema de la vivienda o el empleo azotan con fuerza. … Nos duelen las vidas de tantas personas en Gaza y tantas partes del mundo; al igual que la realidad de las personas migrantes que siguen sin tener sus derechos como ciudadanos, el problema de la vivienda, que se ha convertido en una emergencia social, afectando a 1 de cada 4 hogares en nuestra ciudad, o la precariedad laboral, convertida en nueva en norma.

Por eso, a este año 2026 que acaba de comenzar, son muchos los deseos que le pedimos.

Deseamos un año sin guerras, sin individualismos, en el que podamos caminar juntos, en fraternidad y solidaridad, que nos permita seguir atentos, vigilantes, buscando el bien, la justicia y la verdad, cuidando unos de otros y todos de los más vulnerables porque solo así podemos construir la paz y superar las crisis personales, sociales y mundiales.

Le pedimos paz: en hogares sin miedo, en trabajos dignos, en barrios donde la gente se saluda, en familias que pueden llegar a fin de mes sin angustia.

También le pedimos salir del individualismo. Que miremos alrededor y recordemos que nadie sale adelante solo, y que una sociedad se mide por cómo cuida a quienes más lo necesitan.

Y, sobre todo, le pedimos un “nosotros” más grande. Un nosotros donde quepan todas las personas: quienes están solos, quienes viven con miedo, quienes no tienen hogar, quienes no encuentran trabajo, quienes llegan de otros países buscando futuro, quienes arrastran heridas invisibles. Un nosotros que no señale, que no descarte, que no se acostumbre a la desigualdad.

Este año, en Cáritas, seguiremos acompañando, escuchando y trabajando para que vivir con dignidad no sea cuestión de suerte.

 

 

Foto de Aleksandr Ledogorov en Unsplash