Mientras haya personas, hay esperanza
Ayudar lo llevamos dentro.
Podemos llamarlo caridad, generosidad o simplemente humanidad
Cuando alguien nos extiende la mano y nos conmueve el corazón, respondemos. Es casi
como un instinto, es el sentido de nuestra humanidad compartida y de ese amor divino del que estamos creados.
Celebrar la caridad es celebrar la esperanza
En Cáritas lanzamos nuestra campaña de Caridad marcada por un mundo lleno de migraciones forzadas, exclusión social, dificultad de acceso a vivienda y empleo digno.
Por ello te invitamos a reavivar la esperanza, que nace del amor de Dios y se concreta en el compromiso con una sociedad más justa.
Un camino compartido hacia una vida más justa
La esperanza impulsa a actuar, no a quedarse inmóvil. No es pasiva: nace del sufrimiento y se cultiva en el acompañamiento a los más vulnerables.
Cáritas ve en su labor diaria cómo del dolor brota un anhelo de justicia y dignidad. La indignación ante la injusticia puede transformarse en amor comprometido y esperanza colectiva.
Gestos que iluminan y construyen comunidad
El Papa Francisco nos invitó a vivir una fe comprometida, atenta al prójimo y basada en el amor compartido. A pesar de nuestras sombras, todas las personas tenemos capacidad de ser luz. A través de la solidaridad, la empatía y la fe, somos llamados a actuar, a cuidar y a dar testimonio del amor que transforma.
Compartir testimonios de fe y compromiso que hayas vivido y experimentado
Contar cómo Dios ha obrado en nuestras vidas inspira y anima a otros. La esperanza es contagiosa cuando viene desde una experiencia viva.
Celebrar la vida y la resurrección con alegría
A veces celebramos la Eucaristía como un trámite, algo que hay que cumplir. Que nuestras celebraciones cristianas sean alegres, llenas de música, arte, comunidad y gratitud.
Promover espacios de sanación interior y reconciliación
Deseamos y anhelamos la paz, pero no puede darse si no contribuimos a ella sanando nuestras heridas, acogiendo y comprendiendo las heridas de los otros. Talleres, retiros, momentos para hablar del perdón, de lo que nos duele, nos abre al amor de Dios que restaura y renueva.
Participar en algún grupo o comunidad. Atrévete y da el paso.
Hay muchas iniciativas para hacer y vivir cosas con otros. Puede ser un voluntariado, un grupo de reflexión, compartir un hobby o un proyecto solidario. Salir al encuentro de otras personas es siempre enriquecedor.