MIENTRAS HAYA PERSONAS, HAY ESPERANZA
La fiesta de Corpus Christi, Día de la Caridad - 2025
La fiesta del Corpus Christi, Día de la Caridad, nos sitúa en el centro de la vida cristiana y nos hace testigos de la compasión de Dios por cada hermano y hermana.
Es hacer nuestras estas palabras de Benedicto XVI, En verdad la vocación de cada uno de nosotros consiste en ser, junto con Jesús, pan partido para la vida del mundo (SCa).
Es una invitación a participar en la mesa de la Eucaristía, comulgar con Jesús y ser pan partido y repartido para los hermanos.
Es hacerse caridad y ofrecerse una y otra vez para amar, sanar y cuidar heridas.
Es donarse gratuitamente a quienes más hambrientos de pan están, aquellas personas que tienen más sed de justicia y de dignidad.
Celebrar la Caridad es celebrar la Esperanza. Mientras haya personas, hay esperanza. No se trata de convertirnos en héroes ni de salvar a nadie con proezas que nos encumbren y ensanchen el ego. Se trata de poner en marcha de forma intencionada acciones significativas cotidianas. Pequeños gestos al alcance de nuestra mano, de lo que podemos hacer, sabiendo que no lo podemos todo. Todos podemos ser testigos de luz y esperanza y ser embajadores de ella.
Tu gesto moviliza la esperanza:
- Compartir testimonios de fe y compromiso que hayas vivido y experimentado. Contar cómo Dios ha obrado en nuestras vidas inspira y anima a otros. La esperanza es contagiosa cuando viene desde una experiencia viva.
- Participar en algún grupo o comunidad. Atrévete y da el paso. Hay muchas iniciativas para hacer y vivir cosas con otros. Puede ser un voluntariado, un grupo de reflexión, compartir un hobby o un proyecto solidario. Salir al encuentro de otras personas es siempre enriquecedor.
- Promover espacios de sanación interior y reconciliación. Deseamos y anhelamos la paz, pero no puede darse si no contribuimos a ella sanando nuestras heridas, acogiendo y comprendiendo las heridas de los otros. Talleres, retiros, momentos para hablar del perdón, de lo que nos duele, nos abre al amor de Dios que restaura y renueva.
- Celebrar la vida y la resurrección con alegría. A veces celebramos la Eucaristía como un trámite, algo que hay que cumplir. Que nuestras celebraciones cristianas sean alegres, llenas de música, arte, comunidad y gratitud.
- Escuchar sin juzgar. En la sociedad de nuestro tiempo cada vez hay más soledad no deseada y vacío. Escuchar con empatía, con todos los sentidos puestos en la otra persona, puede devolver la esperanza y sacar de la invisibilidad y la tristeza al otro.
- Ser portadores de palabras positivas y constructivas. En un mundo lleno de malas noticias, hablar con esperanza y alentar a otros a ver el lado bueno de las situaciones, respetando siempre el dolor del otro y acompañándolo, mejora el ambiente y la perspectiva.
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2025_Un cuento para visibilizar el sentido del Dia de la Caridad