Protagonistas08/03/2023

Jennyffer Aragón: «La clave está en luchar y tener actitud y positivismo para salir adelante» 

Hoy, en el Día Internacional de la Mujer, Jennyffer nos cuenta su historia y los retos a los que ha tenido que enfrentarse como mujer, madre de familia monoparental y migrante.  

 

Jennyffer Vanessa Aragón es una mujer de 38 años que emigró a España hace aproximadamente 1 año. Cabeza de familia monoparental, Jennyffer llegó a Vigo junto a su hijo de 20 años y su hija de 19, escapando de la violencia y de las incidencias guerrilleras que persisten en su país. Actualmente, está finalizando su grado en Psicología a distancia, homologando su título de Auxiliar de Farmacia y trabajando a media jornada como cuidadora de barrio.  

Hoy, en el Día Internacional de la Mujer, nos cuenta su historia y los retos a los que ha tenido que enfrentarse como mujer, madre de familia monoparental y migrante.  

¿Qué motivos fueron los que te hicieron dar el paso de emigrar a otro país? 

Fue el agobio y miedo que tenía de que a mis hijos les pasase algo. Mis hijos ya eran adolescentes y más independientes, y cuando salían a estudiar, siempre tenía ese temor de que no regresaran a casa o de que se llevaran a tu hijo para las filas de los grupos guerrilleros. 

Lo que me hizo tomar la decisión definitiva de emigrar fue cuando un chico de las guerrillas empezó a acosar a mi hija, a ir detrás de ella. Ya habíamos pasado por diferentes ciudades de Colombia, escapando de la violencia y de las incidencias guerrilleras, pero allí no puedes denunciar porque, si lo haces, te amenazan a ti, a tu familia y a las personas que uno quiere.  

A pesar de que hay un acuerdo de paz que hizo el presidente Santos y de que poco a poco han ido cambiando las cosas, todavía hay incidencias, y persisten grupos pequeños que todavía molestan a la ciudadanía.  

Mi objetivo era irme para Estados Unidos, porque mi madre vive allí e iba a tener a mi familia cerca, su apoyo y una mayor conciliación, pero no pude obtener las visas ciudadanas decidí venirme para España, porque la tranquilidad no tiene precio.  

¿Qué fue lo más difícil de emigrar? 

El separarme de mi familia, aunque ya la mayoría había tenido que emigrar, todavía me quedaban 4 hermanos en Colombia. De hecho, la imagen que me quedó grabada fue los momentos que compartí con mi familia antes de despedirnos.  

 ¿Qué es lo más te preocupaba de dar ese paso tan importante?   

Lo que más me preocupaba era la discriminación, porque había escuchado tantas historias, que me daba miedo. Sin embargo, la verdad es que yo estoy muy agradecida con España porque a mí me ha abierto las puertas desde el primer momento. Quisiera haber avanzado más, pero uno vuelve a nacer al dejar su país atrás. Dejas todo atrás, y vuelves a empezar en otra realidad.  Yo allí me formé como auxiliar farmacéutica y estoy terminando la carrera de Psicología, pero aquí todavía no pude acceder a esos puestos.  

 ¿Cómo fue el viaje de Colombia hasta España? 

Muy emocionante, sobre todo para mis hijos, porque ya iban a tener tranquilidad. También muchos sentimientos encontrados porque siempre tienes la duda de si estarás haciendo lo correcto, o será que no voy a poder sobrevivir, y otros muchos miedos que te vienen a la mente.  

La cabeza daba vueltas con los miedos y dudas de si nos iban a dejar entrar, porque hay un proceso para que nos dejen entrar al país, porque yo vine como turista y aquí no teníamos a nadie. Sólo tenía un contacto, una excuñada que vivía en Vigo que nos acogió el primer día, y después yo regresé a Colombia 3 meses. Dejé a los chicos acá y me regresé porque no los podía llevar a ellos porque aquí estaban más seguros. Me devolví a hacer unas diligencias. Después, ya volví a Vigo para quedarme definitivamente.  

 

 ¿Cómo valoras tu primer año en España? 

Para mí ha sido todo un reto sobre todo en el tema de la adaptación a su cultura, sus costumbres y, aunque hablamos el mismo idioma, a su lenguaje.  

 A esto me ha ayudado mucho Cáritas, ya que he podido realizar una formación ocupacional para aumentar mis posibilidades de insertarme laboralmente y a obtener mi primer trabajo.    

¿Cómo fue tu primer contacto con Cáritas?  

Cuando llegué, la gente con la que hablaba y con la que me relacionaba, me aconsejaron que fuera a Cáritas a asesorarme sobre lo que tenía que hacer. Mi primer encuentro y ayuda me la dio Cáritas.  

Pedí la cita y me atendieron, primero mi trabajadora social y después en el programa de empleo.  

Actualmente, ¿en qué momento te encuentras? 

Pues sigo con preocupaciones, ya que actualmente estoy trabajando de forma temporal, y necesito encontrar un trabajo más estable.  

Ahora estoy trabajando con la empresa de inserción laboral Cormo, como cuidadora de barrio, 5 horas/diarias, pero no es suficiente porque necesito encontrar un trabajo a tiempo completo donde yo pueda sostenerme, porque el salario no me alcanza para todo.  También le doy gracias a ellos porque me abrieron las puertas. 

Por otra parte, mis hijos están estudiando: mi hija estudia una formación profesional, y el mayor está haciendo un curso de diseño de la industria naval por las tardes, y otro de Marketing por las mañanas, con el objetivo de que al terminar las prácticas no labores en ese curso pueda encontrar un empleo.  

Estoy contenta, porque es muy poco lo que llevo en España y ya he adelantado mucho. 

 

¿Valió la pena tanto sacrificio?  

Si, yo considero que si porque, tal y como te comentaba anteriormente, la tranquilidad no tiene precio. Sales con tu teléfono móvil y con tus cosas sin preocuparte. Sabes que tus hijos van a regresar a casa, y eso no tiene precio. Es verdad que aquí ha sido todo un poco difícil porque uno no consigue un trabajo acorde con la formación que uno tiene en su país. En mi caso, soy auxiliar farmacéutica y no puedo conseguir en esa parte, porque exigen el documento. Por eso, uno de mis objetivos es conseguir homologar el título para poder trabajar en ese sector. También estudio en la Universidad Nacional a Distancia de Colombia. Estoy a punto de terminarla, y solo me quedan las prácticas no laborales que, seguramente las haga con Cáritas. 

 Jennyffer, de cara al futuro, ¿Cuál sería tu ilusión? ¿Qué te gustaría conseguir? 

Que mis hijos sean profesionales aquí. De hecho, están supercontentos en España. Aquí les han abierto las puertas: ya han hecho amigos y están estudiando. Están muy involucrados, no quieren volver a Colombia. 

A la gente que nos pueda estar oyendo, a las personas que tienen una situación parecida a la tuya, ¿qué les dirías? 

Que luchen, que no se rindan nunca. A mí me ha tocado ser madre sola, siempre papá y mamá para mis dos hijos y he tenido que salir adelante. Les diría que busquen ayuda, que hay entidades que prestan la ayuda para impulsarse, entre la que está Cáritas, que son los que me han ayudado a mí a salir.  

Hay mucha gente, por lo menos de mi país, que están pasando por muchas dificultades, la clave es luchar y saber tener actitud y positivismo para salir adelante.