20/03/2023

Jeanicce Chamaya: «Emigrar era una oportunidad para mejora la calidad de vida de mi hijo»

El pasado 8 de marzo celebrábamos el Día Internacional de la Mujer. Hoy, queremos seguir visibilizando y dar reconocimiento a mujeres luchadoras como Jeanicce Chamaya, una mujer peruana, madre de un niño de 6 años con Síndrome de Down, que emigró con el objetivo buscar una mejor calidad de vida para su hijo.

El pasado 8 de marzo celebrábamos el Día Internacional de la Mujer. Hoy, queremos seguir visibilizando y dar reconocimiento a mujeres luchadoras que, a pesar de las numerosas dificultades que se le han ido planteando a lo largo de su vida, siempre sacan las fuerzas y el optimismo para seguir adelante.

Ese es el caso de Jeanicce Chamaya es una mujer peruana de 48 años, madre de Roberto, un niño de 6 años con Síndrome de Down, que  emigró con el objetivo buscar una mejor calidad de vida para su hijo.  Cabeza de familia monoparental, actualmente Jeanicce se está formando para poder trabajar en un puesto de trabajo que le dé una estabilidad económica, y que le permita conciliar con el cuidado de su hijo y con el horario de las terapias a las que tiene que llevarlo.

 Eres de Perú, ¿Cómo tomaste la decisión de dejar tu país y de venirte a España?

La decisión la tomé tras separarme del padre de mi hijo. Llevaba unos años muy duros, porque él no aceptaba la condición del niño y eso nos generaba muchos problemas, porque me culpaba a mí de esa situación.

La decisión definitiva de emigrar la tomé cuando él deja de hacerse responsable del niño a nivel económico. Yo siempre fui una mujer independiente, que trabajaba y salía adelante sin ayuda. Sin embargo, cuando nace el niño tuve que dejar de trabajar de administrativa contable,  para dedicarme íntegramente a él,  cuidarlo y llevarlo a las terapias, por lo que todo lo que tenía planificado, se me vino abajo. El tener que estar reclamándole al padre me afectó mucho, y era consciente de que emigrar, era una oportunidad para mejorar la calidad de vida de mi hijo. 

La realidad es que me costó bastante tomar esa decisión, pero me enfoqué principalmente en mi hijo. Lo consulté con mi familia porque tenían algo de dinero ahorrado, y fueron ellos quienes  me ayudaron a juntar el dinero para los pasajes.

¿Cómo viviste ese  momento en el que tuviste que dejar tu país, para empezar una nueva vida?

Lo viví con muchos sentimientos encontrados. Mi familia está muy unida, y hasta el día de hoy me cuesta, porque la extraño mucho. Pero yo tengo que seguir adelante por mi hijo, así que sigo en la lucha.

¿Cuántos años llevas en este país  y por qué elegiste España?

Vamos a cumplir 3 años. Elegí España porque una amiga que vivía aquí, me comentó que había muchas más oportunidades aquí para el niño. Me habló de las ayudas, las terapias y  el colegio. De hecho, gracias a la beca de necesidades educativas especiales  de la Xunta, Roberto, puede acudir a terapia en la asociación Down Vigo.

Yo estoy muy contenta por el desarrollo que va llevando mi niño, y esto no lo podría haber hecho allá, porque estaba en un colegio de educación especial y no podía permitírmelo.

Al tener que depender económicamente, me sentía  que como mujer no progresaba, así que no me lo pensé porque tenía que salir adelante. Era consciente de que con un niño iba a ser difícil, pero no imposible, porque gracias a Dios soy una persona muy creyente y sé que Dios no me va a abandonar.  Sé que pasaré muchísimas cosas, y ya las he pasado como todo inmigrante, pero yo no paro: sigo tirando y tirando

¿Cómo te sentiste al llegar a España?

Era la primera vez que llegaba a España.  Cuando llegué a casa de la amistad que me había animado a venir, veía a mi niño y sentía que esta ya era otra vida. Yo misma me prometí y le prometí a mi niño que íbamos a cambiar, que yo era su padre y madre para él y que podía salir adelante  igual. Que iba a comenzar desde cero, a seguir adelante y comenzar una nueva vida   mucho más tranquila para los dos.  

¿En qué ha cambiado tu vida en estos 3 años que llevas en España?

Bastante, porque he pasado por varias etapas.

 A los 3 meses de llegar a casa de mi amiga, tuve que buscar otra casa, porque ella tenía que irse. Tuve que buscar un programa de acogida para no quedarme en la calle con mi hijo y llegué a Provivienda. Allí me asesoraron y solicité el asilo político y la protección internacional. En esa primera fase estuve en un piso compartido con otra madre monoparental.  Cuando ya pasé a la segunda fase del programa de acogida, en donde pasas a ser semi-independiente, tuve que buscar otro sitio en donde vivir. Conseguí un piso en el que sigo viviendo a día de  hoy, gracias a que ellos me avalaron.

Luego me dieron apoyo  en muchas áreas como la de empleo o la psicológica, porque yo venía mal y necesitaba apoyo en este sentido.

¿Cómo llegaste a contactar con Cáritas?

Llego a Cáritas cuando ya me sale denegada la resolución de la Protección Internacional, y me quedo nuevamente sin permiso de residencia y de trabajo. Yo me puse mal porque no sabía qué hacer, si regresarme a mi país o quedarme, aunque decidí no rendirme. Me dieron un plazo de un mes para poder recurrir, y la abogada de Provivienda que llevaba inicialmente mi expediente, me tranquilizó, me dio ánimos y me ayudó a recurrir.  

En ese momento,  Cruz Roja me estaba ayudando en ese momento, pero se desliga de mí porque al haber salido la resolución denegada, ya no me podía ayudar y que tenía ver como hacía por mi cuenta. A mí se me caía el mundo porque no sabía cómo iba a pagar el piso y el resto de gastos. Estaba trabajando como monitora de transporte escolar, pero no era mucho. Al pasar esto me dice la trabajadora social que tenía en Cruz Roja, me derivó a Cáritas y fue así como yo llegué a Cáritas. Actualmente estoy con la trabajadora social de Cáritas, que también es muy buena.

¿Cómo os encontráis ahora? ¿En qué momento estáis?

Yo estoy contenta porque mi meta era estudiar algo aquí, superarme e ir avanzando para poder trabajar de algo relacionado con lo que había estudiado en Perú, que me diese la oportunidad de insertarme y conciliar con los horarios de mi niño. Él va dos días a la semana a terapia por la tarde, por lo que tendría que adaptar mis horarios. Por eso,  actualmente, estoy haciendo un curso de Asistencia Documental y Gestión de Despachos y Oficinas.