Análisis y reflexión05/11/2021

«Desde Aeioluz reivindicamos el derecho a la energía como una solución que es posible y sostenible, pero que requiere de una decisión política»

Nuria Baeza, responsable de acción social de Aeioluz nos cuenta cómo ha afectado la crisis sanitaria del COVID-19 a la vulnerabilidad energética, y nos da consejos prácticos para ahorrar energía o entender mínimamente nuestra factura de la luz.

¿Qué es AEIOLuz y cómo surgió? 

Somos una cooperativa valenciana que surge de movimientos activistas que tienen que ver con un nuevo modelo energético. Un grupo de “locos” decidió que quizá podríamos vivir de la actividad que ya realizábamos como voluntarios en distintos ámbitos porque entendimos que la desinformación y la falta de claridad en este tema, tiene repercusiones graves en muchas personas. Por eso, decidimos constituirnos como cooperativa y, en estos momentos, llevamos 6 años de historia y podemos decir que estamos consolidados.

Actualmente, somos 8 personas socias trabajando, y tenemos 4 líneas de actuación prioritarias: una que tiene que ver con pobreza y vulnerabilidad energética, otra que tiene que ver con medidas de ahorro y eficiencia para gastar menos energía y pagarla al mejor precio; otra de acompañamiento a municipios, empresas y a entidades que quieren hacer una transición a un nuevo modelo energético y de sostenibilidad y, por último, una línea de actuación en el tema de las energías renovables. Y digo por último, porque entendemos que la solución no está en las energías renovables, si primero no hay un ejercicio de aprender a entender cómo funciona la energía, cómo se puede ahorrar energía y cómo se puede dimensionar bien el tema de las renovables.

El telón de fondo de nuestra cooperativa es la sostenibilidad medioambiental, muy de la línea de Cáritas y de la Encíclica de Laudato Sí, del Papa Francisco. Nuestro latemotiv es el cuidado de la casa común, el dejar un mundo posible y mejor para las nuevas generaciones. 

A menudo escuchamos hablar de pobreza y vulnerabilidad energética, ¿qué diferencias hay entre los dos términos? 

A nosotros nos gusta hablar más de vulnerabilidad energética porque entendemos que es un término más inclusivo. Cuando nos remitimos a pobreza, nuestra mente se va solo a determinados colectivos, a un cierto estatus socioeconómico y, sin embargo, la energía nos atraviesa a todos, a todas nuestras actividades durante todo el día. Desde que te levantas hasta ahora, ¿cuántas cosas has hecho que necesitan energía?

Así, el término vulnerabilidad para nosotros incluye cuestiones de fondo más profundas, no solo la situación socio-económica de las familias, si no el por qué se llega a esa situación: el alto precio de la energía, cómo está estructurado el mercado energético y  las políticas socioeconómicas que hay detrás de todo esto. Hablamos de un problema de injusticia social y de vulnerabilidad porque todos podemos vernos en una situación de vulnerabilidad energética y yo creo que, en estos momentos, con la revolución que está habiendo en el mercado energético, estamos siendo conscientes de que cada vez la economía necesita derivar más parte de nuestros ingresos a un bien de primera necesidad.  

Nosotros reivindicamos el derecho a la energía como una solución que es posible, que es factible, que es sostenible, pero que requiere de una decisión política.   

¿A qué crees que se debe el que estemos asistiendo día a día a un nuevo récord en los precios de la energía? 

Esta situación actual se está produciendo, sobre todo, por la gestión de las empresas del oligopolio energético. Ahora mismo, estamos asistiendo a un pulso entre las grandes compañías eléctricas y el gobierno por fijar precios. Pero para nosotros, las grandes responsables son las compañías energéticas, que son las que tienen mayor peso a la hora de fijar los precios, en la gestión que hacen para que las personas contratemos la factura de la luz con ellos, y las responsables de este desequilibrio brutal que hay entre compañías y los precios.  

¿Cómo ha impactado la crisis sanitaria también en este ámbito de la vulnerabilidad energética? 

El confinamiento fue clave ya que estuvimos encerrados en casa, y el consumo medio creció un 28%.  Estuvimos más tiempo en casa y consumimos más energía, y como digo, casi todas nuestras actividades demandan energía eléctrica y eso supuso, para las familias, sobre todo, un gran impacto económico. A pesar de todas las medidas de contención y el escudo social que prohibían el corte de suministro a los más vulnerables, y que todavía se mantiene hasta octubre, no se han perdonado ni condonado deudas, una decisión que tendría que ser de las empresas, así que vaticinamos que cuando la prohibición de corte se levante, a las puertas de Cáritas, así como a las de muchas entidades y de servicios sociales, se van a agolpar personas que han ido acumulando deudas en la factura de la luz, y entonces la prohibición de corte ya no estará vigente y podremos asistir a situaciones dramáticas.  

El pasado 8 de septiembre se celebró el día Internacional de la Alfabetización y desde AEIOLuz reivindicabais la necesidad de una alfabetización energética de la sociedad. ¿Qué es lo que una persona tiene que tener en cuenta o conocer a la hora de contratar o de cambiar de compañía eléctrica?

Pues para empezar, entender los términos de su factura eléctrica. Muchas de las personas con las que trabajamos no entienden qué pone en su factura, no entienden qué están comprando, a quién les están comprando, ni a qué precio.  

Para nosotros es fundamental que las personas consumidoras sean críticas y entiendan qué compran, porque en otros muchos productos, como por ejemplo, en el supermercado somos capaces de comparar el precio del café y del pan entre un montón de marcas, pero con el precio de la luz no somos tan capaces. De hecho, mucha gente se sorprende cuando le comentamos que hay 400 empresas comercializadoras diferentes con las que se podría comprar la luz, o negociar el precio de la luz; que existen varios mercados, el mercado libre, el mercado regulado. Todas estas cuestiones, son básicas para contratar la energía al mejor precio.

También es importante conocer las medidas de ahorro y eficiencia para necesitar menos energía, y pagarla al precio más ajustado y más conveniente para nosotros. Por eso, hablamos de alfabetización, y el nombre de la cooperativa es muy descriptivo, AEIOLuz viene un poco de esa urgencia por explicarle a nuestros conciudadanos, qué se compra, a qué precio y, sobre todo, qué repercusiones tiene también en la sostenibilidad medioambiental: no es lo mismo contratar la energía con garantía de origen renovable y verde, que no hacerlo.

Para nosotros todas esas cuestiones son fundamentales: conocer muy bien qué has contratado, si se te aplican o no se te aplican los tramos horarios, a qué precio van a venderte la energía, etc.  

¿Qué consejos prácticos le darías a la gente para ahorrar en la factura de la luz?

El primer consejo es conocer bien los términos del contrato que has hecho con la compañía, conocer el precio unitario del kilovatio/hora y a cuánto te lo están cobrando,  y después comparar. Existe información al alcance de la mayoría a través de internet, donde si sabes el precio unitario al cual compras la energía, te permite comparar entre las  comercializadoras y saber quién te la vende al mejor precio.  

En cuanto a medidas de ahorro y  eficiencia, dependerá sobre todo de los usos energéticos de las familias: no es lo mismo una persona que vive sola, que una familia que tiene menores en casa o una persona enferma. ¿Qué usos energéticos tienes, en qué horarios utilizas más o menos energías y sobre todo ver la información de la que dispones y la que te falta.  Lo fundamental: conocer el precio del kw/hora. 

En cuanto los consejos de ahorro, dependerá de muchas cuestiones: de lo que tengas en casa instalado, de la estación del año, y el sitio en donde vives, ya que no tenemos la misma necesidad energética en invierno o en verano o en Valencia que en Galicia. 

Es muy importante saber si tu contratación se ve afectada o no por los tramos horarios o no, ajustar el termostato que regulan de manera eficiente la energía e invertir en electrodomésticos de alta eficiencia energética, que son un poco más caros a la hora de la compra,  pero a largo plazo son mucho más rentables porque economizan mucho el gasto energético.