La historia de superación de Omar: «Cáritas me está ayudando mucho a encontrar una nueva vida».
“Mi meta es conseguir un trabajo, luchar por tener una vida normal, una casa propia y una familia”
Omar es un chico de 23 años, de origen marroquí, que, como tantas otras personas abandonó su país de origen en busca de una vida mejor. Lleva 7 años en España y señala que, desde que la patera en la que viajaba llegó a Algeciras, por desgracia le ha tocado vivir situaciones muy complicadas debido a las adicciones. A día de hoy, es participante de los Centros Residenciales, indica que se encuentra muy centrado y está a la espera de ingresar en un Centro Terapéutico para consolidarse como una persona sin ningún tipo de adicción.
¿Cómo recuerdas el momento en el que decides abandonar Marruecos para llegar a España?
Yo era un chico joven, con la cabeza poco sentada, como muchos chicos a esa edad. El momento de abandonar mi país lo recuerdo como un momento difícil, pero a la vez tenía la esperanza de poder vivir mejor en España y encontrar la tranquilidad que necesitaba. Vine solo, sin saber hablar español y gracias a una persona que conocí al llegar a Algeciras, pude llegar a Cuenca.
A día de hoy, ¿tienes relación con tu familia?
Sí, he recuperado la relación con mi madre y con mis hermanos. El tiempo que estuve con adicciones a las drogas perdí la relación con ellos, pero la verdad que ahora me encuentro muy bien, no tengo adicciones, y hasta he podido dejar el tabaco.
¿Cómo definirías tu paso por Cáritas Diocesana de Cuenca?
Llevo 4 meses, desde que llegué de Madrid. Cáritas me está ayudando mucho para empezar una nueva vida. Poco a poco estoy encontrando mi sitio. El poder estar acompañado por los compañeros y la gente de Cáritas me está sirviendo para centrarme en llevar una vida ordenada. Hacen un gran trabajo, te ayudan a pensar en ti mismo y, si ellos ven que estás comprometido en hacer las cosas bien y eres bueno, te van a ayudar y van a estar contigo hasta el final.
¿Cómo es tu día a día en Cáritas Diocesana de Cuenca?
Por la mañana bajo al taller de carpintería. Jesús y los compañeros son personas muy buenas, que me ayudan mucho a tener la mente ocupada y no pensar en otras cosas del pasado, por la tarde veo alguna película, que me viene bien para mejorar el idioma, hago actividades o salgo a hacer deporte. Llevo una vida normal que es lo que realmente quiero desde hace tiempo.
Las Sesiones de Activación «Habilidades Artesanas Carpintería, impartidas en Cáritas, me sirven de gran ayuda y estoy compaginando esa formación con otro curso de jardinería. Es lo que quiero, formarme bien, ahora mismo prefiero aprender y no disponer de dinero para evitar tentaciones.
¿Cómo ha cambiado tu situación desde que llegaste a España hasta el día de hoy?
Muchísimo, me siento otra persona. Tengo un pensamiento totalmente distinto. Me encuentro bien y sé que lo que estoy haciendo es lo correcto. Sé cuál es el camino y lo que tengo que hacer para estar bien. A día de hoy tengo buenas compañías y eso es muy importante.
Tuve que vivir en la calle, sin hogar durante mucho tiempo. Buscar donde dormir en casas abandonadas o en obras, y siempre con el miedo de que no estás a salvo y sin rumbo. Es muy duro, y te hace aprender.
¿Qué consejo le darías a las personas que se encuentran en tu situación?
Pensar en ti mismo, estar centrado y sobre todo elegir bien las compañías, si no estás perdido. Una vez que caes en adicciones es difícil salir, pero si tienes claro lo que quieres, se puede, yo he podido. El deporte me está sirviendo, la calistenia me relaja, me calma y me sienta muy bien y el estar acompañado por la gente de Cáritas me está ayudando mucho. Si no fuera por Cáritas estaría solo.
El papa León XIV nos recuerda que «una fe que no toca las heridas del cuerpo y del alma humana, es una fe que no ha conocido aún el Evangelio. Hoy, esa herida la reconocemos en tantos niños, jóvenes y adultos que fueron traicionados donde buscaban consuelo».