Cooperación internacional08/05/2020

Desde Yurimaguas a Cuenca: Testimonio sobre la pandemia

Rezamos para que el coronavirus no se introduzca en los ríos y en las comunidades indígenas, pues ahí, no tienen ninguna atención sanitaria.

Jesús López, y su mujer Soledad Robles, Sole, son misioneros de Jesús en la amazonía peruana, y parte de la familia de Cáritas. Así nos relatan su vivencia frente a la pandemia del covid-19 en Yurimaguas, una tierra a la que nos une una estrecha relación de cooperación fraterna: «Hasta ahora, tenemos ocho casos confirmados, y pedimos que no aumenten más, porque hay muy poca capacidad en el hospital. Pero sobre todo, rezamos para que no se introduzca en los ríos y en las comunidades indígenas, pues ahí, no tienen ninguna atención sanitaria. Algunas comunidades han cerrado sus ríos para que nadie pase. En otras, los moradores se están internando en la selva, dejando sus casas, por el temor a contagiarse. Todos temblamos de pensar que el contagio pueda llegar a ellos. Aquí en casa todos estamos bien, cuidándonos lo que podemos, y tratando de seguir ayudando a las personas que tocan la puerta porque necesitan alimentos o medicinas. La reclusión en las casas es un buen medio, pero en un país y zona como la nuestra, donde casi el 70% de la población vive de lo que trabaja cada día, es muy difícil poder sostenerse durante un mes».

En este tiempo de incertidumbre Sole y su equipo han tenido que cerrar el Hogar María de Nazaret, conocido y apoyado por muchos conquenses, donde atienden a una treintena de menores con discapacidad, y parar las visitas a las comunidades. Jesús también ha tenido que aplazar el trabajo de Educación del Vicariato. Junto a ellos, a Cáritas Yurimaguas y toda la red de Iglesia que trabaja en la Amazonía, nos mantenemos atentos a cómo esta situación afecta a las personas más vulnerables y excluidas. En el Vicariato de Yurimaguas, el hospital apenas cuenta en su Unidad de Cuidados Intensivos con una cama, y el acceso a personal sanitario y medicinas de las poblaciones de la selva es prácticamente nulo.

Mientras, no existe un plan concreto para la población indígena quien reclama al Gobierno la participación en la toma de decisiones sobre las medidas que se deban llevar a cabo. El panorama se dibuja muy similar en toda la región panamazónica: ausencia del Estado en los territorios de selva, desigualdad en el trato y gran necesidad de protección sanitaria para una población, la indígena, en la que los virus son más letales. Según los últimos datos recopilados por la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) de finales del mes de abril, en toda la región de Amazonía, formada por nueve países, había ya 16.498 personas contagiadas y 967 fallecidas, cifras que no han dejado de crecer en este mes de mayo.

Por eso, desde estas líneas, queremos insistir en el mensaje lanzado el mensaje lanzado el Día de la Tierra , subrayando la petición del Papa Francisco a los Gobiernos.

Por último, os invitamos a continuar siendo parte de Cáritas con vuestros pensamientos y oraciones como las de nuestro querido Jesús López, y también con vuestra acción, dando voz a estas realidades tan invisibles en nuestro día a día, y sumándoos desde el voluntariado o como socios, a nuestros proyectos.