Cáritas y Banco Santander garantizan alimentación y productos básicos a las familias mediante tarjetas monedero
El objetivo no es solo cubrir una necesidad inmediata, sino acompañar a las familias en su proceso de recuperación y estabilización
El proyecto “Dignificar la acción social” de Cáritas Diocesana de Coria-Cáceres, que utiliza tarjetas monedero para garantizar el acceso a productos básicos, sigue siendo un recurso clave para familias y personas en situación de vulnerabilidad. Desde 2020 este programa ha beneficiado a 129 familias de la Diócesis, especialmente en la ciudad de Cáceres. En lo que va de 2025, el proyecto ha beneficiado ya a 31 familias (73 personas, de las cuales el 43% son menores), gracias a la colaboración del Banco Santander, que ha renovado su apoyo a esta iniciativa clave contra la pobreza alimentaria.
Perfiles de las familias atendidas
De las familias que reciben apoyo, la mayoría están compuestas de la siguiente manera:
- Casi la mitad (44%) son hogares monoparentales, todas ellas formadas por una mujer con hijos a su cargo. Este dato refleja la especial vulnerabilidad de las mujeres que, en solitario, asumen la responsabilidad de sostener a sus familias.
- Una de cada cinco (20%) son parejas con hijos menores de edad.
- Una de cada cinco (20%) son hogares unipersonales, donde vive una sola persona.
- Una de cada diez (10%) son parejas sin hijos.
- El 6% restante corresponde a otros tipos de familias.
Alimentación básica y acompañamiento integral El proyecto va más allá de la ayuda alimentaria inmediata: combina el apoyo material con un acompañamiento social personalizado. Las familias participantes pueden adquirir productos básicos en comercios locales mediante tarjetas monedero, lo que fomenta la economía de proximidad, la autonomía y la dignidad en el acceso a la alimentación. Además, el programa promueve la recuperación progresiva de la autonomía de las familias, pues la tarjeta les permite elegir los alimentos, recuperando así la capacidad de decisión y la dignidad en el acceso a la alimentación. Las familias compran solo lo que necesitan y en las cantidades que van a consumir, evitando el desperdicio. Al no recibir paquetes cerrados de alimentos las familias adquieren productos según sus preferencias y hábitos de consumo, reduciendo el riesgo de que algunos alimentos queden sin usar.
Un compromiso a medio y largo plazo. Los datos del programa reflejan su impacto sostenido: la permanencia media de las familias es de 16 meses, aunque hay casos de hasta 3 años de acompañamiento y otros de incorporación reciente, con apenas 2 meses en el proyecto. Esta flexibilidad permite adaptar la ayuda a las necesidades reales de cada familia. “El objetivo no es solo cubrir una necesidad inmediata, sino acompañar a las familias en su proceso de recuperación y estabilización, respetando los tiempos que cada una necesita”. Este año 7 parroquias de Cáceres han solicitado tarjetas monedero para familias que atendían desde sus Cáritas parroquiales.
Más que una ayuda alimentaria El programa incluye un seguimiento personalizado, coordinado por las Cáritas parroquiales y apoyado por los programas diocesanos de empleo, inmigración, familia, mayores. Con cada familia se acuerda un plan individualizado que puede incluir ayuda psicológica, orientación laboral, talleres formativos, grupos de participación y apoyo en el ocio, entre otros recursos.
Testimonios.
Las historias de Asmaa y Santiago son solo dos ejemplos del impacto real que tiene este proyecto en la vida de las personas:
Asmaa, mujer de 46 años y madre de tres menores, una de ellas con síndrome de Down, comparte su experiencia:
Hola soy Asmaa. En primer lugar, estoy agradecida a todas las personas que llevan a cabo este proyecto, lleno de generosidad y de dignidad. Sobre todo, doy las gracias a Cáritas, que no entiende de religiones ni de razas. Me emociono pensando en el primer momento que acudí a Cáritas y me ofrecisteis la tarjeta de la dignidad, que es como yo la llamo. Lo veía todo oscuro, sin salida, pensando en mis hijas y cómo decirles que no tienes para yogur o para un cartón de leche. En dos palabras, tranquilidad de saber que no nos va a faltar para comer, y gratitud a Cáritas, de corazón.
Santiago, hombre de 62 años, casado y con un sobrino menor a cargo, comparte su experiencia:
Yo nunca pensé que iba a necesitar ayuda. El primer día lo pasé muy mal y me costó dar el paso, pero desde el principio recibí ayuda y cariño, estoy muy agradecido a Cáritas, tanto voluntarios de la parroquia como trabajadores. Para mí supone cada mes la mejor ayuda desde que llevo con los problemas económicos, pues mi pensión es muy pequeña y con solo pagar la hipoteca se me va el 80 por ciento de mis ingresos. Mi esposa tiene un problema visual y no puede trabajar. Gracias a la tarjeta monedero llego a fin de mes.
El testimonio de Pepa, una de las voluntarias responsables del Proyecto en la Cáritas Parroquial de Fátima nos ayuda a entender su impacto:
Como voluntaria en Caritas, he visto cómo una simple tarjeta puede cambiar la mirada de una familia. Aunque solo se use para productos básicos, representa mucho más, significa: alivio, tranquilidad y sensación de que no están solos. Detrás de cada tarjeta hay dignidad, respeto y esperanza en momentos en los que todo parece cuesta arriba.
En lo personal, esta labor me ha enriquecido profundamente. Me ha hecho comprender el valor de acompañar, de escuchar y de confiar. Y, sobre todo, he visto que El Señor nunca se ausenta; siempre se hace presente a través de los pequeños gestos de ayuda y amor hacia los demás.
Me siento feliz y agradecida de formar parte de Cáritas, una familia que transforma las penas en esperanza.
Compromiso del Banco Santander La financiación del Banco Santander en 2025 está siendo fundamental para la continuidad y consolidación de este proyecto, reafirmando el compromiso de la entidad con la acción social y la lucha contra la pobreza alimentaria en el territorio.
Sobre el proyecto El programa de tarjetas monedero para alimentación básica es una de las iniciativas de Cáritas Diocesana de Coria-Cáceres para combatir la pobreza y la exclusión social, priorizando la atención a familias con menores a cargo y personas en riesgo de vulnerabilidad.



