Ser mayor y decidir

Derecho a decidir

Y es que, mirando hacia atrás, nos damos cuenta de que el deseo de cuidar y proteger a las personas mayores nos ha llevado, y nos lleva en muchas ocasiones, a establecer criterios sobre lo que es conveniente o no para ellas, pero sin contar con su propia opinión. De alguna manera, parece que las personas más jóvenes supiéramos más qué les conviene que ellas mismas, olvidando que las personas mayores son adultas llenas de experiencia y que, salvo que sufran algún proceso de deterioro cognitivo grave, mantienen intacta su capacidad de decisión.

Aunque nuestra conciencia sobre esta situación pueda ser mayor en este momento por lo acontecido durante la pandemia, no se trata de algo nuevo. El estereotipo de que las personas mayores están desactualizadas y son menos capaces de tomar decisiones adecuadas sobre su propia vida, está bastante arraigado en nuestra cultura, e incluso en una parte importante de las personas mayores, que terminan aceptándolo.

Esta creencia acerca de las personas mayores puede ser un “arma de doble filo”, pues a la vez que nos impone una necesidad de responsabilizarnos por evitar las consecuencias de las decisiones “inadecuadas” que pueden tomar las personas de más edad, es decir, de cuidarlas y protegerlas, nos lleva también a no tenerlas en cuenta, a no preguntarles, a decidir sin ponernos “en sus zapatos”.

Cambiar la visión del envejecimiento

Hoy, 15 de junio, Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, desde Cáritas queremos animar a seguir reflexionando y trabajando para cambiar la visión social del envejecimiento y avanzar hacia el concepto de buen trato hacia las personas de más edad. Esto implica, entre otras cosas, el reconocimiento de sus derechos, el respeto y el apoyo para el ejercicio de su autonomía y el cuidado centrado en el desarrollo del proyecto de vida que hace única a cada persona.

Aunque el deseo de proteger y el miedo a veces nos frenen, queremos invitar a todas las organizaciones, proyectos, colectivos, etc., que trabajan con personas mayores, a consultar a las protagonistas –cada persona mayor y voluntaria– sobre sus deseos. Animamos también a facilitar espacios y condiciones que nos/les den seguridad, pero evitando tomar decisiones generales que coarten o limiten su autonomía.

¿Cómo te sientes tú cuando deciden sobre ti sin contar contigo, sin escuchar lo que quieres, lo que necesitas…? ¿Cómo crees que te sentirás cuando tengas 20, 30, 40… años más y te ocurra eso mismo? Hoy os proponemos que tratemos a las personas mayores como queremos que nos traten cuando lo seamos. Construyamos una sociedad que respete y dé el mejor trato a todas las personas sea cual sea su edad.