Voluntariado08/09/2023

«Cada día en la JMJ fue una auténtica revelación»

Bárbara Ruiz, voluntaria del grupo de Cáritas Joven de nuestra Diocesana, cuenta su experiencia en la JMJ 2023.

Bárbara Ruiz es voluntaria del equipo de Cáritas Joven de Cáritas Diocesana y acudió junto a numerosos jóvenes más a la Jornada Mundial de la Juventud que tuvo lugar el pasado mes de agosto en Lisboa. 

Tiene una larga trayectoria en el programa de infancia y juventud de Cáritas, Imagina, concretamente en los talleres que desarrollan en la barriada rural de El Portal. 

Así cuenta su testimonio de lo que sin duda, ha sido para ella, una experiencia que le ha  impulsado a «seguir colaborando en cada proyecto que me una a Jesús y a su misión de convertir este mundo en un lugar mejor donde vivir».

SU TESTIMONIO

Si tuviera que hablar sobre mi experiencia en la aventura que ha sido para mí vivir desde dentro la JMJ 2023, empezaría hablando por la inmensa suerte que he sentido al poder conocer a tanta gente, con costumbres, pensamientos, comportamientos, actitudes, metas o sueños, tan diferentes a los míos, pero que al fin y al cabo estaban movidos por lo mismo que me he sentido movida yo, la FE, una fe que une independientemente de donde vengas, de quien seas, de cómo seas, una fe capaz de unir a un grupo de 22 personas que no se conocían y convertirlas en una gran familia en tan solo siete días, creando vínculos que a día de hoy aún conservamos.

Por otro lado, y no menos importante, me encantaría poder expresar lo que este viaje ha sido a nivel personal para mí. Cuando me hablaron de la posibilidad de vivir esta experiencia tuve algo de miedo, puesto que, aunque he tenido la gran suerte de vivir en mi vida varias experiencias en comunidad relacionadas con el catolicismo, siempre cuesta tomar la decisión de salir de nuestra zona de confort durante tantos días y convivir con personas que no sabemos si encajaran o no con nosotros, pero este miedo se desvaneció a medida que iba llegando el momento de embarcarnos en esta aventura, la comunicación que el grupo iba teniendo antes del viaje ayudo mucho y tras conocer a mis compañeros de viaje sentí que no me había equivocado tomando la decisión de decir que sí a esta aventura.

Algo muy importante que decir creo que es que muchos de los que íbamos llevábamos desde casa una maleta cargada de dudas, miedos, tristezas, dolores, llena de muchas preguntas de las cuales ansiábamos respuestas, llena de cosas y sentimientos que pesaban demasiado.

Y es por ello que puedo decir que para mí cada día en Portugal fue una autentica revelación, cada momento que viví allí tanto en comunidad como en soledad, me ayudaron a alivianar el peso de mi mochila, los momentos de oración fueron momentos de reflexión, de inspiración, «momentos tiritas´´, o así es como me gustaba llamarlo a mí, porque sentía que aquello que estaba roto en mí se empezaba a recomponer.

Poder escuchar testimonios de otras personas a las que la fe les ha cambiado la vida fue algo muy impactante e inspirador, al igual que lo fue poder escuchar al Papa Francisco en persona, creo que no hay palabras para poder describir esos momentos, donde estando reunidos cientos de personas existía un silencio absoluto y solo se escuchaba su palabra, era como si todos nos encontrásemos en un barco y remáramos en la misma dirección.

Aun así, no me quiero olvidar de mencionar cada momento maravilloso que mis compañeros me dieron, llenos de risas, de celebración, de charlas interminables, de música, de baile, de bromas, de cuidados, de besos y abrazos, de VIDA.

Puedo decir que tras este viaje me siento una mujer más fuerte, más valiente y más capaz de afrontar todo lo que la vida pueda depararme, pero sobre todo lo que tengo claro es que quiero seguir colaborando en cada proyecto que me una a Jesús y a su misión de convertir este mundo en un lugar mejor donde vivir.

Cáritas lleva años regalándome la posibilidad de vivir experiencias maravillosas rodeada de personas increíbles y estaré siempre agradecida por ello.