Campañas17/02/2021

“Un gesto para cambiar vidas”. Campaña del Gesto Solidario 2021

Carta del obispo de Santander, Manuel Sánchez Monge, en el comienzo de la Cuaresma 2021.

Desde 1999 la celebración de la Cuaresma viene acompañada en nuestra diócesis de Santander por la Campaña del ‘Gesto solidario’, promovida por Cáritas diocesana. Es una práctica que está muy en consonancia con el espíritu cuaresmal. No nos conformemos con anunciar la Campaña, hagámosla nuestra.

Este año queremos subrayar que la Cuaresma es un momento propicio para pedir al Señor que transforme nuestras vidas. La limosna que entregamos para promover algunos proyectos en el Tercer Mundo tiene que representar un cambio de mentalidad en nuestra concepción del valor del dinero: “No caigáis –nos recuerda el papa Francisco- en la terrible trampa de pensar que la vida depende del dinero y que ante él todo el resto se vuelve carente de valor y dignidad. Es solo una ilusión. No llevamos el dinero con nosotros al más allá. El dinero no nos da la verdadera felicidad. La violencia usada para amasar fortunas que escurren sangre no convierte a nadie en poderoso ni inmortal. Para todos, tarde o temprano, llega el juicio de Dios al cual ninguno puede escapar” (Misericordiae Vultus, 19).

El ayuno prepara el encuentro con Dios, como en el caso de Moisés y de Elías. En esta Cuaresma vamos a hacer un esfuerzo por actualizar el ayuno: ayunar del abuso de bebidas alcohólicas y de tabaco; vencer la tentación de llenarnos de cosas superfluas, víctimas de la moda y los reclamos publicitarios; controlar los gastos, muchas veces excesivos, privarnos de diversiones que no significan verdadero descanso; usar moderadamente la televisión, el vídeo, el ordenador, el móvil, etc… que roban tiempo al diálogo familiar y pueden crear dependencia.

Viviendo profundamente la oración, podemos dejar que el Espíritu Santo nos ayude a embarcarnos en un nuevo estilo de vida. Un estilo de vida respetuoso, humilde, servicial, persuasivo, fundado en el amor más que en el temor, presentando siempre el evangelio como una acción salvadora que viene de Dios para todos. Tenemos que aprender a considerar las dificultades del presente como  oportunidades de purificación, de fortalecimiento espiritual y apostólico de nuestra Iglesia. Se puede vivir con mayor desprendimiento y más capacidad de compartir con los desfavorecidos de cerca y de lejos.

 La Campaña del “Gesto cuaresmal: Ayuna, comparte y ora” necesita un empujón porque es una iniciativa bien hermosa que vale la pena potenciar. Motivad, pues, el gesto penitencial del ayuno enfocado a poner de manifiesto que “no sólo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra salida de la boca de Dios” y que ha de desembocar en el necesario compartir los bienes, tan característico de los cristianos.

Un saludo afectuoso con mi bendición,

Manuel Sánchez Monge, Obispo de Santander