Voluntariado30/09/2022

«Cada pequeño gesto puede significar el comienzo de un gran cambio»

Paola Gamboa es voluntaria del programa de infancia y juventud de Cáritas Diocesana y este año ha compartido el Camino de Santiago con jóvenes de otras Diocesanas.

Paola Gamboa tiene 22 años y es voluntaria del programa de infancia y juventud de Cáritas Diocesana de Asidonia-Jerez, denominado Imagina. Concretamente ella forma parte de los talleres de la barriada rural El Portal.

Este verano, junto a 30 jóvenes que realizan actividades de voluntariado procedentes de otras 15 Cáritas Diocesanas de diferentes partes de España, ha realizado el Camino de Santiago.

“Soy parte del CAMBIO”

Desde pequeña formo parte del programa, antes como participante, y ahora como monitora voluntaria. Lo que hago es acompañar a los niños para enseñarles valores positivos de una manera más lúdica, que les ayuden en un futuro a desenvolverse de la mejor manera en la sociedad, como el valor de la familia o la igualdad y el respeto. Además también se les aporta a los niños un espacio de ocio y juego. Trabajamos con ellos todos los sábados durante el año, además en verano tenemos nuestro campo de trabajo en el que estamos dos semanas haciendo diversas actividades, tanto por la tarde como por la mañana.

Es todo un orgullo ver como otros se une a mí, que es uno de los principales objetivos del proyecto. Además, siento que soy parte del cambio, un cambio que se observa en un mayor compromiso por parte de las familias y una menor falta de asistencia de los participantes, pues muchas de las madres de los niños a los que acompaño fueron participantes de este programa hace 20 años.

Para mí pertenecer a este programa significa poder aportar todo de mí para poder ayudar en todo lo que necesiten. Pero aparte de para lo que me pueda servir, lo verdaderamente importante es lo que me hace sentir y lo mucho que he crecido con este proyecto. Y es que no solo les aporto yo a los niños, sino que también aprendo mucho de ellos, además el amor y el cariño que se recibe por su parte y por la de sus familias es algo tan bonito que animo a todo el que pueda a que se haga voluntario.

Cada pequeño gesto cuenta y puede significar el comienzo de un gran cambio

Comencé el Camino de Santiago con muchas ganas, pero también con muchos nervios, lo que yo no sabía es que me aportaría tanto. Han sido 10 días muy intensos donde ha habido de todo. Durante esos días hemos aprendido y hemos compartido emociones y experiencias propias. He conocido personas tan bonitas que conforme íbamos recorriendo esos kilómetros hemos formado una familia.

Cada día íbamos trabajando cada uno de los 5 sentidos y hemos cuidado nuestro entorno, la naturaleza y a cada uno de nosotros. La campaña que íbamos trabajando era “CAMINEMOS POR UN MAÑANA MEJOR”. Cada uno llevábamos nuestra propia mochila y para decir verdad la mía no estaba muy llena, pero en cada una de las etapas la he ido llenando con nuevos sentimientos encontrados y amigos. Ha sido un camino un tanto duro, pero con cada momento de risa o con una simple conversación se hacía más fácil. También hemos ido compartiendo cada uno de nosotros nuestros proyectos de nuestra propia Cáritas Diocesana, y nuestras propias inquietudes, además de conocer los programas de Cáritas de Lugo y de Santiago.

Para mí el camino no ha sido uno cualquiera, sino que ha sido “EL CAMINO”, de él me llevo a cada una de las personas con las que he compartido estos 10 días, cada emoción encontrada y cada gesto de amor, también me he dado cuenta que cada pequeño gesto cuenta y puede significar el comienzo de un gran cambio. Tanto mi compañero Manuel como yo hemos vuelto a nuestra Cáritas de Jerez con muchas ganas de formar proyectos nuevos para así poder formar un futuro mejor y una Cáritas mejor.

¡SEGUIMOS CAMINANDO!