14/05/2019

Prudencia

Enrique Carrero, Columna Opinión Revista Diocesana "Padre de Todos"

Enrique Carrero
Director Cáritas Diocesana de Getafe
Columna de Opinión, Revista Padre de Todos

Prudencia

¿De qué modo se hará esto, pues no conozco varón?”. Es la pregunta de María al ángel Gabriel en el momento de la Anunciación. En esta pregunta tan sensata, María nos da una lección de prudencia: otra virtud muy necesaria para trabajar en Cáritas.

La prudencia es una virtud humana que consiste en discernir y distinguir entre lo que es bueno o malo. Practicar esta virtud nos lleva a elegir, correctamente, lo que conviene hacer en cada momento. Para ello, es necesario disponer de información que nos dé luz, nos ayude a juzgar con rectitud y a decidir sobre la mejor forma de actuar. Así pues, pedir consejo es un signo claro de que actuamos con prudencia.

En el número anterior hablaba sobre la humildad, virtud muy próxima a la prudencia. Ambas se fortalecen y se complementan. Reconocer nuestras propias limitaciones es el primer paso para acudir a quien nos puede aconsejar por su mejor conocimiento, su experiencia, su autoridad profesional o moral, etc.

Otro signo de prudencia es la sencillez. Un corazón sencillo está cercano al corazón de los demás; atrae, despierta confianza, es capaz de situarse al mismo nivel de otros.

Humildad y prudencia, virtudes fundamentales para el servicio en Cáritas. Nos guían por caminos de cautela y moderación. Practicándolas, evitamos precipitar decisiones o buscar protagonismos que pueden acarrear graves consecuencias.

¡Aquí venimos a servir, no a realizar una carrera profesional!