Cada año, la fiesta del Corpus Christi – Día de Caridad nos trae el sano ejercicio de hacer memoria del servicio que Cáritas Diocesana de Cádiz ha ofrecido durante el año anterior, en nombre de la Iglesia. Esta mirada ofrece vistas diferentes de nuestra realidad institucional. Por una parte, evidencia pobrezas humanas que no hemos podido atender, al seguir concentrando nuestro esfuerzo y nuestros limitados recursos en los mismos programas con los que estamos comprometidos desde hace años. Por otra parte, volver la vista atrás permite también tener una buena perspectiva global sobre nuestra participación en la construcción del bien común.
Cáritas no es un conjunto de cifras. Año tras año insistimos en esta idea, aunque rendir cuenta de nuestro servicio requiere información concreta, sintética, representativa y veraz. Es la modesta pretensión que anima este resumen o memoria. No obstante, más allá de la obra social en sentido estricto, quisiéramos poder transmitir con ella también el espíritu que la impulsa, un impulso creyente que responde con humildad a la llamada divina en nuestros corazones para sentirnos corresponsables de la suerte del Otro y ser instrumentos de esperanza.
Por primera vez desde la aprobación de los nuevos estatutos de Cáritas Diocesana de Cádiz y de Cáritas Diocesana de Ceuta, presentamos por separado las respectivas memorias, al haberse disuelto ya la corporación de Cáritas Diocesana de Cádiz y Ceuta, de la que ambas, a su vez, formaban parte. Por tanto, los beneficiarios, tipos de ayudas y recursos invertidos que se reflejan en esta memoria corresponden sólo a la acción de Cáritas Diocesana de Cádiz.
El año 2018 ha sido un año de trabajo intenso para nuestra Cáritas y de testimonio constante de solidaridad con las familias más necesitadas. Ha sido también un año de esfuerzo reflexivo y de discernimiento para preservar la esencia de nuestra labor en medio de dificultades económicas que comenzamos a vivir en el año 2016. Ello ha implicado una limitación obligada en el despliegue de nuestra acción social, a pesar de las necesidades reales de miles de personas que siguen acudiendo a Cáritas, pero, sin embargo, no ha supuesto una merma de nuestros programas diocesanos, dado que todos ellos continúan desarrollándose, y aun mejorándose el pasado año con importantes novedades, como la apertura de la Agencia de Colocación, o el nuevo proyecto “Inserta Cádiz” de recogida de ropa usada.
En el nivel institucional, tras la entrada en vigor del nuevo estatuto, en el año 2018 destacan la celebración de la primera Asamblea diocesana, como órgano de expresión comunitaria, y el normal funcionamiento del Consejo Diocesano, como órgano colegiado de gobierno. Este se halla compuesto, al igual que la dirección, por voluntarios que, entre otros cometidos, han conocido y aprobado las cuentas, previamente auditadas conforme a nuestros objetivos de legalidad y transparencia. Fruto del trabajo común de valoración realizado a lo largo del año, Cáritas Diocesana finalizó el ejercicio con la determinación de las prioridades y orientaciones del próximo período 2019-2021, con una clara renovación de su vocación de servicio a los más pobres.
Un año más, la memoria que presentamos es la memoria de todos, pues la hemos hecho entre todos los que entendemos Cáritas como un lugar en el que poder contribuir a la construcción del bien compartiendo nuestra fe, nuestro tiempo, nuestra experiencia, nuestros bienes y colectas, nuestros valores cristianos. Gracias a Dios y al compromiso del equipo humano que formamos, muchas personas han recibido aliento y ayuda. Para todos, sin excepción, mi más sincera gratitud, en nombre de Cáritas.
María del Mar Manuz Leal
Directora